ONUSIDA pide acabar con la «desatendida pandemia» de violencia contra las mujeres
ONUSIDA ha hecho un llamamiento, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, para que el mundo intensifique «urgentemente» sus esfuerzos para eliminar la «desatendida pandemia» de la violencia contra las mujeres y las niñas, «una violación generalizada de los derechos humanos que afecta a una de cada tres mujeres al menos una vez en su vida».
Antes de la pandemia de COVID-19, se estimaba que, a nivel mundial, 243 millones de mujeres y niñas de 15 a 49 años habían sido objeto de violencia sexual y/o física perpetrada por una pareja íntima en los últimos 12 meses. Según ONUSIDA, la pandemia COVID-19 ha dado lugar a un aumento significativo de la violencia de género en casi todos los países.
«Las crecientes pruebas confirman que los impactos de la pandemia COVID-19 no son neutrales en cuanto al género. Los efectos de los cierres y las restricciones de viaje impuestos en muchos países para frenar la propagación de la pandemia de COVID-19, el hecho de que no se designen como servicios esenciales los servicios de salud sexual y reproductiva y los servicios para los supervivientes de la violencia, y el menoscabo de la seguridad económica de las mujeres han agravado los obstáculos para las mujeres y las niñas que sufren abusos, especialmente las que están atrapadas en casa con sus agresores», explica la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima.
La organización de Naciones Unidas denuncia que las adolescentes y las mujeres jóvenes también están cada vez más expuestas al matrimonio precoz y a la trata de personas, p»erdiendo la educación debido al cierre de las escuelas y careciendo de acceso a una educación sexual integral y a servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los anticonceptivos y el aborto, como consecuencia de la pandemia de COVID-19″.
«La pandemia está aumentando la violencia contra la mujer y amplificando las desigualdades de género existentes, exacerbando aún más los riesgos y vulnerabilidades de las mujeres en relación con el VIH, al tiempo que el acceso a los servicios para combatir la violencia de género, así como a los servicios de VIH y otros servicios de salud sexual y reproductiva, se está reduciendo o no está disponible durante la pandemia», indican.
ONUSIDA recuerda que la violencia contra la mujer es un «importante factor de riesgo» de contraer el VIH: en las zonas con una gran carga de VIH, como el África subsahariana, las mujeres sometidas a la violencia de su pareja tienen un 50 por ciento más de probabilidades de tener VIH. Además, los hombres que cometen actos de violencia contra la mujer tienden a correr un mayor riesgo de contraer el VIH y a utilizar con menor frecuencia los preservativos, lo que aumenta el riesgo de transmisión del VIH.
De la misma forma, advierten de que la violencia, o la posibilidad de que se produzca, disuade a muchas mujeres y adolescentes que viven con el VIH de revelar su estado serológico a sus parejas, familias y médicos, lo que «dificulta que las mujeres y las niñas sigan el tratamiento del VIH».
«La pandemia de COVID-19 ha reflejado una vez más lo inaceptable que es continuar con medidas a medias y compromisos incumplidos para poner fin a la violencia contra la mujer. Si nos tomamos en serio el logro de la igualdad entre los géneros y el fin del SIDA, la prevención de la violencia de género debe convertirse por fin en una prioridad mundial, nacional y local», concluye Byanyima.