Oftalmólogos advierten de una «ruptura» de la continuidad asistencial entre la Atención Primaria y la especializada
Los oftalmólogos reunidos en la 8ª edición del Simposio Readyt: Retina Avances en el Diagnóstico y Tratamiento , organizado por AbbVie, han advertido de una «ruptura» de la continuidad asistencial entre Atención Primaria y especializada y «una falta de medición de resultados en salud que impide la obtención de datos clínicamente significativos para los profesionales».
Tal y como ha explicado el profesor Alfredo García Layana, director del Servicio de Oftalmología en la Clínica Universidad de Navarra, «la Oftalmología es una de las especialidades con mayor demanda asistencial, y también concentra una de las mayores listas de espera para consultas y cirugías del Sistema Nacional de Salud (SNS)».
A su juicio, teniendo en cuenta que el 80 por ciento de los casos de ceguera son evitables o susceptibles de tratamiento, es necesario realizar un abordaje precoz y preciso de las enfermedades oculares, y especialmente, de aquellas que pueden provocar pérdida de visión irreversible, como el edema macular diabético (EMD) o la degeneración macular asociada a la edad (DMAE)».
Para lograrlo, el profesor García Layana ha señalado la necesidad de identificar los retos a los que se enfrenta el SNS en el ámbito de la Oftalmología. «Existe una elevada saturación de los servicios y quirófanos que se traduce en largas listas de espera, principalmente, debido a un déficit histórico de recursos en esta especialidad».
Además, añade que, a pesar de que existen nuevas tecnologías y avances terapéuticos y farmacológicos, incluidas las terapias avanzadas, «hay barreras para que estos lleguen a los pacientes». Al mismo tiempo, informa de que «ha nacido un nuevo perfil de paciente, que es mucho más activo y su media de edad es más avanzada».
Por otro lado, se ha reconocido la necesidad de implantar la telemedicina en Oftalmología, especialidad en la que todavía no se estila la semipresencialidad para llevar a cabo el seguimiento de los pacientes.
EL EDEMA MACULAR DIABÉTICO, UNA PREOCUPACIÓN CRECIENTE
En el transcurso del evento, una de las patologías más abordadas ha sido el edema macular diabético (EMD), una enfermedad que padece el 7,6 por ciento de las personas con diabetes y que se está configurando como una de las principales causas de ceguera irreversible. Esta patología ocurre cuando la mácula, la parte del ojo responsable de la visión central y los detalles, se inflama y acumula líquido.
Así, según se ha puesto de manifiesto, el principal desafío que enfrentan 2 de cada 3 oftalmólogos es el diagnóstico tardío del EMD, ya que los pacientes suelen acudir al oftalmólogo cuando la pérdida de visión ya es avanzada, a menudo de forma irreversible. Ante esta situación, se ha puesto de relieve la importancia de concienciar a los pacientes –especialmente, aquellos con diabetes– para que acudan al especialista ante cualquier cambio en su percepción visual.
«No se puede ser permisivo con esta enfermedad», ha subrayado el profesor García Layana. «El EMD es una patología que provoca ceguera irreversible y, como tal, su detección precoz debe ser una prioridad en la práctica clínica para evitar casos de discapacidad visual severa. No nos podemos permitir un retraso en su diagnóstico», ha remarcado.
Para el experto, la detección del EMD es «sencilla». Se realiza mediante una prueba de imagen llamada tomografía de coherencia óptica (OCT, por sus siglas en inglés), la cual permite realizar lo que se conoce como análisis de biomarcadores. «Este análisis no solo ayuda a distinguir las distintas etapas en que se puede encontrar el paciente con EMD, sino que además ofrece al oftalmólogo la información suficiente como para tomar una decisión rápida acerca del tratamiento más adecuado para cada paciente», ha indicado el profesor Matías Iglicki, profesor de oftalmología adscrito a la Universidad de Buenos Aires e investigador en el International Retina Group (IRG).
Esto se debe a que el análisis de biomarcadores también permite «distinguir aquellos EMD en los que la inflamación juega un papel preponderante, y que por tanto son capaces de predecir la buena respuesta a los fármacos antiinflamatorios de uso intravítreo», ha afirmado el profesor Iglicki. Tanto es así que en hasta aproximadamente un 40 por ciento de los pacientes con EMD pueden aparecer biomarcadores considerados inflamatorios.
Entre otros, algunos biomarcadores relevantes en EMD son el desprendimiento neurosensorial, presente en hasta el 30 por ciento de los pacientes; la presencia de puntos hiperreflectivos, con una prevalencia de hasta aproximadamente el 41 por ciento; el tamaño de los grandes quistes intrarretinianos, que pueden aparecer en cerca del 17 por ciento de los pacientes; y el alto grosor macular central, que pueden padecer el 41,6 por ciento de las personas con EMD.
El uso de biomarcadores en la práctica clínica es un paso imprescindible para que la Oftalmología camine en la dirección de la medicina de precisión. Sobre este tema se ha expresado el profesor García Layana. «Cuanto antes se trate al paciente, más probabilidades de ganancia visual hay. Pero ese tratamiento debe ser el correcto, de ahí la importancia de aplicar la medicina de precisión en las consultas de oftalmología», añade.
«Disponemos de los criterios, consensos y algoritmos para identificar adecuadamente a los pacientes con EMD con biomarcadores inflamatorios y en los que, por tanto, se recomienda el empleo del implante intravítreo de dexametasona. Tenerlos en cuenta en la práctica clínica habitual es crucial no solo para frenar la progresión de la enfermedad, sino para evitar futuros casos de ceguera irreversible», ha concluido el profesor Iglicki.