Níger acude a las urnas para elegir al sucesor de Issoufou e iniciar el primer traspaso pacífico de poderes

El delfín del presidente, Mohamed Bazoum, figura como principal favorito entre las denuncias opositoras

La población de Níger está llamada este domingo a las urnas para unas elecciones presidenciales en las que el candidato gubernamental, Mohamed Bazoum, figura como favorito pese a los repetidos intentos de varios opositores por lograr que fuera apartado de la carrera argumentando dudas sobre su lugar de nacimiento.

De las urnas saldrá el sustituto del actual presidente, Mahamadou Issoufou, quien abandonará el cargo tras los dos mandatos marcados como máximo por la Constitución y tras rechazar públicamente cualquier intento de poder volver a concurrir a las elecciones, tal y como han hecho varios presidentes del continente durante los últimos años.

El anuncio de Issoufou tiene un impacto especialmente importante en el país, dado que es el primer presidente en abandonar el cargo respetando la Constitución y dando el pistoletazo de salida a un proceso de transición pacífica que no tiene precedentes en Níger desde su independencia de Francia en 1960.

«Saber que por primera vez en su historia Níger conocerá una transferencia de poder de forma democrática me colma de satisfacción», dijo el presidente nigerino en septiembre durante su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas.

«Desde el inicio de mi primer mandato, he hecho del respeto de los textos constitucionales y de las instituciones una virtud cardinal de mi gobierno para el renacimiento de Níger», manifestó, después de que Bazoum abandonara en junio su cargo como ministro del Interior para presentarse como aspirante gubernamental a sucederle.

Las elecciones llegan además tras las crisis desencadenadas en Guinea y Costa de Marfil por las decisiones de sus respectivos presidentes, Alpha Condé y Alassane Ouattara, de presentarse a un tercer mandato argumentando que las modificaciones constitucionales ponían a cero su contador. Ambos se hicieron con la victoria en medio del boicot opositor.

Por ello, los comicios en Níger son considerados como un signo de esperanza en el continente, si bien la campaña electoral ha estado marcada por las denuncias contra Bazoum –quien se presenta por el Partido Nigeriano para la Democracia y el Socialismo (PNDS-Tarayya)– y la eliminación de la candidatura del principal líder de la oposición, Hama Amadou, debido a su condena en rebeldía a un año de cárcel por acusaciones de tráfico de personas, cargos que él ha negado en todo momento.

Amadou, antiguo presidente de la Asamblea Nacional, fue nombrado como candidato por el Movimiento Democrático Nigerino para una Federación Africana (MODEN/FA Lumana) tras beneficiarse del indulto decretado por el presidente en el marco de las medidas para combatir el coronavirus en Níger.

Sin embargo, el principal contendiente de la opositora Coalición para la Alternancia Política (CAP 20-21) –primer ministro entre 1995 y 1996 y entre 2000 y 2007, cuando fue cesado tras una moción de censura por acusaciones de corrupción contra el Gobierno–, ha quedado finalmente apartado, lo que deja a Bazoum como claro favorito.

De hecho, los partidos que integran la coalición que respalda a Bazoum se hicieron con la victoria en las recientes elecciones municipales, consideradas un termómetro de cara a las presidenciales de este domingo, jornada en la que además se celebrarán elecciones parlamentarias en el país africano.

Ante esta situación, varios candidatos opositores –del total de cerca de 30 que concurren a las urnas– han presentado varios recursos ante el Constitucional a raíz de las denuncias sobre la posibilidad de que Bazoum no sea nigerino de nacimiento. El último de ellos fue planteado el miércoles, en un esfuerzo de última hora para bloquear el camino del exministro a la Presidencia.

La legislación nigerina exige que todo aspirante presidencial tenga la nacionalidad de origen, si bien la oposición ha puesto en duda este hecho citando especulaciones en el pasado sobre el posible nacimiento de Bazoum en Libia, tras lo que su familia se trasladó a Níger.

Pese a ello, el Constitucional aceptó en noviembre su candidatura y ha rechazado recursos presentados para dar marcha atrás en esta decisión, mientras que la coalición que respalda al delfín de Issoufou ha denunciado los intentos de la oposición de desacreditarle y obstaculizar su candidatura.

CONTEXTO DE SEGURIDAD

Por otra parte, las elecciones tendrán lugar en medio del deterioro de la situación de seguridad en el país durante los últimos meses a causa del repunte de los ataques por parte de grupos yihadistas, principalmente Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS), Boko Haram y su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA).

Níger ha hecho frente a decenas de ataques en varias de sus zonas fronterizas en el marco del empeoramiento de la situación en la región del Sahel y el lago Chad. Así, Boko Haram e ISWA han centrado sus ataques en la cuenca del lago Chad, mientras que ISGS y el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), filial de la organización terrorista Al Qaeda en Malí, lo han hecho en la frontera que conforman Níger, Malí y Burkina Faso.

El país se encuentra además en una importante ruta migratoria que va desde África subsahariana hacia Libia, convertida durante los últimos años en una de las principales plataformas de salida de migrantes hacia las costas europeas.

Esta ruta, sumada a la porosidad de las fronteras norte del país con Argelia y Libia, ha sido empleada además por redes criminales para traficar con personas, armas, drogas y combustible, lo que ha reforzado y alimentado en parte a algunos de los grupos armados que operan en el país.

La situación ha llevado al Gobierno a anunciar que duplicará el número de efectivos de su Ejército durante los próximos cinco años hasta llegar a los 50.000, tal y como desveló en noviembre el ministro de Defensa, Issoufou Katambé.

Las autoridades han procedido además a un refuerzo de la seguridad en las zonas más afectadas por la inseguridad y la capital, Niamey, si bien no está claro por ahora cuál podría ser el impacto de la violencia y la amenaza yihadista sobre la participación en los comicios.

Alrededor de 7,5 millones de nigerinos se han inscrito para votar en las elecciones, mientras que las autoridades han establecido cerca de 26.000 colegios electorales a tal fin. De las urnas saldrán además los 171 integrantes del Parlamento.

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