Neumólogos advierten que los nuevos cigarrillos IQOS contienen sustancias tóxicas que causan cáncer
Los nuevos dispositivos IQOS (I Quit Ordinary Smoking), iniciales en inglés de dejo el tabaco habitual , no reducen «de forma significativa la cantidad de nicotina inhalada, en comparación con la que se inhala de un cigarrillo normal», ni de otras sustancias tóxicas como formaldehído, acetaldehído, nitrosaminas, las cuales producen cáncer, según ha advertido el presidente de la Sociedad Española de Cirugía Torácica y Neumología (SEPAR), Carlos A. Jiménez Ruiz.
Asimismo, destaca que IQOS , el dispositivo que calienta el tabaco a 350-400 grados pero sin quemarlo, «sigue siendo un dispositivo tóxico para la salud de aquellos que lo utilizan y, por supuesto, no sirve para ayudar a dejar de fumar».
En este sentido, SEPAR se basa en diferentes estudios como el realizado por el doctor Reto Auer y otros autores, en el que se compara el contenido del humo de IQOS con el de los cigarrillos convencionales. Así se han encontrado componentes volátiles orgánicos e hidrocarburos policíclicos aromáticos en el humo del dispositivo.
Además, el humo de IQOS contenía casi el 85 por ciento de nicotina hallada en el de los cigarrillos convencionales. La mayoría de los elementos del humo de IQOS se encontraron en menor concentración que en el humo de cigarrillos convencionales, pero hubo un hidrocarburo policíclico aromático cancerígeno, el acenafteno, que se detectó en una concentración en humo de IQOS de más del doble a la que se encontró en los cigarrillos convencionales.
Otro estudio, solicitado por el Gobierno japonés para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, a requerimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha demostrado que la presencia de tóxicos en el humo de la corriente principal de tabaco de los IQOS , algunos en similar cantidad a los cigarrillos habituales y otros en menor cantidad, y asumieron que parte de estos tóxicos pueden pasar al humo exhalado por los fumadores.
OTRA OPCIÓN: CIGARRILLOS ELECTRÓNICOS
Los cigarrillos electrónicos (CE), también conocidos como vaporizador, son unos dispositivos que sirven para vaporizar un líquido compuesto por una mezcla de sustancias químicas que con la inhalación se depositan en los pulmones del usuario.
Propilenglicol, glicerina y nicotina son las sustancias que más frecuentemente se encuentran en el líquido de los CE, aunque algunas marcas no contienen nicotina. «Propilenglicol y glicerina han mostrado ser inocuos cuando son utilizados por vía oral. No obstante, cuando se utilizan por vía inhalada, como en el caso de los CE, su inocuidad no ha sido claramente demostrada», ha señalado el doctor Jiménez.
En el vapor que liberan estos cigarrillos se han detectado diferentes sustancias, como formaldehído, acetaldehído y acroleínas, que también están presentes en el humo de los cigarrillos manufacturados, aunque en mayor cantidad que en los eléctricos.
El formaldehído y la acroleína se forman como consecuencia del calentamiento de la glicerina. Además, en el vapor se han hallado metales como el níquel, el cromo y el plomo. «Es de destacar que los niveles de níquel hallados en el vapor de los cigarrillos son más elevados que los detectados en el humo de los mismos», ha señalado el doctor.
El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer clasifica todas estas sustancias como carcinogénicas, sin determinar un umbral de seguridad para su consumo. Además, algunas de estas sustancias tienen capacidad para producir daño en el intersticio pulmonar», ha concluido.