Nestlé destaca que la sostenibilidad depende de todos los agentes y de cada ciudadano

La Academia Nestlé de Sostenibilidad empieza sus sesiones online para prensa

BARCELONA, 28

Expertos de Nestlé España han afirmado que la industria alimentaria es «parte del problema» del cambio climático pero también parte de la solución, y que la sostenibilidad depende de todos, incluido cada ciudadano, paralelamente a la acción de inversores, entidades, gobiernos y empresas, las cuales también pueden colaborar con sus competidoras en lo posible, como el reciclaje.

Lo han explicado este jueves en la Academia Nestlé de Sostenibilidad durante su primera sesión online para periodistas, con el responsable de Sostenibilidad de Nestlé España, Arnau Pi, y el especialista en Sostenibilidad Ambiental de la compañía, Pedro Ruiz.

EFECTOS DEL EFECTO INVERNADERO

Pedro Ruiz ha explicado que los gases de efecto invernadero están en capas cercanas de la Tierra, quedan atrapados en la atmósfera y hacen que la temperatura de la Tierra suba –los más destacables son dióxido de carbono, metano y óxido nitroso–.

Sus efectos globales son pobreza, migraciones, hambre, mal reparto del agua, polarización entre inundaciones y sequía y las consiguientes enfermedades.

EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Arnau Pi ha mostrado dos previsiones sobre el cambio climático para 2050: la más probable es que, si siguen las medidas actuales, suban las temperaturas 3,2 grados en comparación con la etapa preindustrial; y las más optimista es que, con cambios drásticos, se puede «llegar a limitar este calentamiento global en 1,5 grados, que es lo que se cree científicamente que la Tierra podría autorregular».

Sea como sea, el calentamiento global impactará en la industria alimentaria en 2050: si se sube 3,2 grados, se espera un cambio en cultivos y ubicaciones, que llevará a falta de materias primas y la consiguiente subida de precios: en 2050 podría desaparecer la mitad de trigo producido en EE.UU., un tercio del arroz indio y una quinta parte de la leche australiana.

Pero el escenario más optimista (1,5 grados) también conllevaría tensiones: la Tierra «competirá en usos para producir alimentos o biocombustibles, lo cual producirá algunas tensiones», y hará falta una agricultura más resiliente a todos estos cambios.

Pi ha concluido que la solución sólo se pueda dar entre todos: gobiernos (legislación y ayuda), ONG s (concienciación y control), inversores (facilitar la transición a una economía sostenible y baja en carbono), empresas (con hojas de ruta medioambientales) y «lo más importante»: cada ciudadano.

ORIGEN DE LAS EMISIONES: TRES SCOPES

También ha constatado que las industrias alimentarias son parte del problema porque el 25% de emisiones de gases de efecto invernadero proceden de la agricultura y del sistema alimentario; pero ha asegurado que también pueden ser parte «clave» de la solución.

Para saber cómo invertir tendencias, ha explicado los tres tipo de emisiones según su origen: Scope 1 (emisiones directas, que controla una empresa), Scope 2 (emisiones indirectas, de energías que la empresa compra a otros) y Scope 3 (el resto de emisiones de la cadena de valor, como logística, distribución, consumo y reciclaje): Scope 3 genera la mayoría de emisiones, lo que implica que todos los implicados deben involucrarse en la solución.

INSETTINGS Y OFFSETTINGS

La solución es evitar emisiones, pero hay dos más: insettings (cuando ya se han minimizado las emisiones, una empresa aplica en la cadena de valor prácticas que capturan gases de efecto invernadero; por ejemplo, plantar árboles de sombra en cafetales) y offsettings (es el mercado voluntario de los créditos de carbono: financiar proyectos que reducen emisiones fuera de la cadena de valor de la empresa).

Cuando una empresa aspira a ser de cero emisiones netas, el objetivo abarca toda la cadena de valor, desde agricultores y materias primas hasta la venta, pero ya no lo abarca desde que el consumidor compra el producto: en este caso, la empresa sólo puede aplicar el Scope 1 y el 2, porque son los que implican su cadena de valor.

En cambio, cuando una empresa aspira a que un determinado producto suyo sea neutro en carbono, eso implica toda la cadena de valor, incluido el uso que haga el consumidor y la posibilidad de que lo recicle: en este otro caso, la empresa también puede aplicar el Scope 3, porque se implica a toda la cadena de valor.

Así, una empresa puede ser de cero emisiones netas y tener productos no neutros en carbono, y viceversa: puede haber productos neutros en carbono producidos por una empresa que no es de cero emisiones netas.

Sobre qué pueden hacer las empresas en sus hojas de ruta de emisiones netas, Pi ha destacado que no pueden seguir como hasta ahora, sino cambiar productos y recetas; trabajar en toda la cadena de provisionamiento; aplicar agricultura regenerativa (la agricultura genera «gran parte de las emisiones»); hacer una transición hacia energías renovables, y hacer el embalaje 100% reciclable o reutilizable.

NESTLÉ

En cuanto a Nestlé, Pedro Ruiz ha citado los cinco pilares de sostenibilidad del plan estratégico de Nestlé España: combatir el cambio climático, promocionar la economía circular, uso responsable del agua, comunicación, y formación y concienciación tanto interna como externa.

Arnau Pi ha puesto varios ejemplos, entre los que ha destacado que Nestlé trabaja para que los agricultores se sumen a estos objetivos, con ayudas directas y también con formación y sensibilización, y que para eso colaboran con entidades, como la Fundación Global Nature.

Pedro Ruiz ha añadido ejemplos que afectan al Scope 3, ante las emisiones derivadas del consumo que ya no controla la empresa: Nestlé colabora con proveedores de embalaje y con programas de reducción de desperdicio alimentario, e indica a consumidores qué contenedores usar.

COLABORAR ENTRE COMPETIDORES

La directora de Comunicación en Nestlé España, Neus Martínez Roldán, ha destacado también lo que puede hacer el consumidor, y ha ido más allá porque la concienciación no sirve «si no hay un buen sistema de reciclaje de materiales».

Por eso, ha explicado que promovió sola durante 10 años un sistema para reciclar cápsulas de café, y después empezaron a sumarse muchas más empresas adheridas al reciclaje de cápsulas de aluminio y de plástico: «No lo podemos hacer solos. Hay que involucrar a muchísimos actores; incluso a empresas competidoras para que todas vayamos a una».

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