Natalia Díaz, larga superviviente de cáncer: «Los eufemismos que romantizan el cáncer nos hacen daño»
ALMAGRO (CIUDAD REAL), 14 (De la enviada especial de Europa Press, Alicia Sánchez Romero)
Natalia Díaz Santín tiene 45 años y ha sobrevivido a tres cánceres. Se define como una persona «resiliente», aunque reconoce que, en su caso, no sabe si ese término esconde «resignación» detrás.
Díaz padece el síndrome de Lynch, un trastorno hereditario que aumenta el riesgo de cáncer colorrectal y cánceres de endometrio, ovario, estómago, intestino delgado, páncreas, vías biliares, vías urinarias o encéfalo, a menudo antes de los 50 años.
De hecho, ya ha pasado por un cáncer de endometrio durante su juventud y otro de páncreas más recientemente, y por una cirugía de Whipple a causa de este último, una operación «importante» y «complicada», conocida por ser el tratamiento quirúrgico del cáncer de páncreas. «Me pregunto si todo habrá acabado aquí, o si quizá me tengo que enfrentar a un cuarto, quinto o sexto proceso», ha reflexionado la jurista, que ha aclarado que actualmente está libre de enfermedad.
Por ahora, celebra «estar viva». «He pasado por todo esto, estoy viva y, lo más importante, estoy viviendo una vida bastante plena. Estoy agradecida», ha proclamado, en el marco del XVI Seminario de periodistas Curar y cuidar en Oncología , organizado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y MSD, y celebrado este viernes en el Parador de Almagro (Ciudad Real).
En este sentido, Díaz ha puesto en valor la figura de los psicooncólogos. Así, ha asegurado que, en sus dos primeros procesos oncológicos, «pecó» de «ingenua», pero en el tercero necesitó de la ayuda de la Psicooncología. «Si no llego a contar con estos profesionales, me hubiera sido muy difícil salir después de todas las sesiones de radioterapia, dos caídas de pelo, y todos los retos que la enfermedad supone a nivel personal», ha expresado.
Sin embargo, ha lamentado que estos profesionales están «infrafinanciados», y ha reclamado que estén presentes «en todo el proceso oncológico», también en los largos superviventes. «Nadie sabe si yo tendré una depresión dentro de unos años derivada de todo lo que llevo vivido, aunque siga libre de enfermedad», ha apostillado. Sin embargo, ha lamentado que los psicooncólogos son figuras «residuales» en los hospitales y, en caso de recurrir a la sanidad privada, «el paciente tiene que elegir entre pagar la factura del agua o pagar el psicooncólogo», ha denunciado Díaz.
En cuanto a su recuperación, Díaz considera que la rutina es lo que más le ha ayudado a sobreponerse tras los tratamientos. De hecho, cinco meses después de su operación de páncreas, «en medio de quimios «, pidió volver a su puesto de trabajo. «Necesitaba volver a toda cota, me daba igual que fuese sin pelo, con pañuelo o sin pañuelo. Yo quería volver y ese fue mi modo de volver a integrarme en mi vida anterior», ha rememorado.
CAMBIO EN EL LENGUAJE
En este punto, ha querido lanzar un mensaje a los medios de comunicación, ya que hay «terminología» y «eufemismos» que «romantizan y dulcifican» el cáncer y «hacen daño» a los largos supervivientes. «Hay eufemismos como Ha muerto de una larga enfermedad . Para empezar, no es una larga enfermedad, puede ser corta. Y se llama cáncer. Tampoco es una penosa enfermedad. Se llama cáncer», ha sentenciado, para añadir que «esta manida frase no se utiliza en otro tipo de enfermedades».
Así, Díaz ha recordado que personas del propio entorno de los pacientes evitan pronunciar la palabra «cáncer». «Los amigos te preguntan: ¿Cómo vas de lo tuyo? Lo mío se llama cáncer», ha insistido esta paciente.
Otras formas de dulcificar la enfermedad pasan por el empleo de términos como «luchador» o «valiente», a los que Díaz se opone tajantemente. «Simplemente nos ha tocado vivir esto. No es que seamos valientes, es que tenemos que pasar por ello», ha zanjado.
Así las cosas, Díaz ha tenido especiales palabras de agradecimiento a sus oncólogos y a sus cirujanas. «Estoy aquí gracias a la ciencia», ha asegurado, si bien a continuación ha lamentado que «no existe coordinación» entre los diferentes niveles asistenciales.
«Me he tenido que enfrentar a dos analíticas a la semana por falta de coordinación de mis especialistas, y a veces las pruebas se repiten», ha asegurado. En este punto, ha informado de que intervienen en su seguimiento especialistas en Dermatología, Neurología, Ginecología, Aparato Digestivo y Cardiología, entre otras unidades.