El presidente de Asturias pide prudencia antes de hablar de fase 2
OVIEDO, 16
El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha pedido este sábado prudencia antes de hablar del paso de Asturias a fase 2, a la espera de conocer los datos sobre la evolución del coronavirus en esta primera fase. Asimismo, ha apelado a la responsabilidad individual para favorecer el bien común y evitar volver a la fase 0.
Tras visitar la sede del centro tecnológico Idonial en Avilés, el presidente ha señalado durante una rueda de prensa que ha sido retransmitida, que durante la fase 0 la sociedad asturiana «estuvo a la altura».
No obstante, se ha mostrado «preocupado» al notar «cierto relajo» durante la actual fase 1. «Si no somos capaces de asumir que la responsabilidad es individual y que afecta al colectivo, vamos a tener un problema porque entonces no podremos hablar de fase 2 sino de fase 0», ha señalado.
Del mismo modo, ha confirmado que toda Asturias avanzará a la vez de fase, sin mayor agilidad para algunos territorios como los valles de los Oscos o del Oso, como se pretendió inicialmente.
Sí apuesta el Principado por avanzar en la liberación de horarios de la práctica deportiva y la restricción del término municipal; así como en la posibilidad de que puedan salir conjuntamente los miembros del núcleo familiar de convivencia. En cambio, el Gobierno asturiano es cauto sobre la reapertura de Centros de Día.
Barbón insiste en la importancia de seguir manteniendo la distancia de seguridad de dos metros, extremar la higiene de manos y acostumbrarse a utilizar la mascarilla como «una prenda más». «Es pronto para hablar de fase 2 hasta ver si las medidas de relajo tiene consecuencias de rebrote», ha advertido.
Según el presidente asturiano, «hay que salir a consumir y reactivar la economía pero con prudencia, para no poner en peligro la vida propia y de los demás». Por ello, defiende el uso generalizado de mascarillas al salir a la calle, estar con gente o acudir a terrazas y comercios.
«Es el momento de responsabilidad individual. Confío en que la mayoría estará a la altura y a los que no, que piensen que la gente que más quieren puede morir», ha alertado.
Asimismo, ha incidido en que Asturias cumplía para pasar a la fase 1. «Pasamos de fase porque los datos clínicos y del sistema sanitario estaban en condiciones», ha remarcado, asegurando que no pediría pasar de fase «si los datos dicen que no es prudente».
CONCILIACIÓN, ERTE Y FISCALIDAD
Por otra parte, Adrián Barbón ha apuntado que se analizarán opciones para favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar al descartarse la vuelta a clase antes de septiembre, salvo para algunos cursos de fin de etapa y de forma voluntaria.
En ese sentido, se ha referido a las actividades que suelen desarrollarse en verano para favorecer dicha conciliación, a la vez que ha recordado que el Principado apuesta por la «prudencia» para evitar abrir las escuelas de 0 a 3 años antes de septiembre, aunque recuerda que estos centros son competencia de los ayuntamientos y se analizará con ellos la situación. Igualmente, ha destacado la importancia de que las administraciones locales participen en el proceso de desescalada y puedan usar sus superávit y remanentes.
Ante la preocupación de muchas familias por el retraso de los ERTE, el presidente asturiano dice ser consciente de que hay gente «pasándolo mal». Al respecto, asegura que está en contacto con el Gobierno central para ver cuántas personas pueden estar quedando descolgadas y tratar de agilizar lo más posible su percepción.
Además, ha recordado que entre las medidas complementarias del Gobierno asturiano está la negociación con entidades bancarias para poner anticipos a disposición de las personas afectadas por ERTE.
En cuanto al reparto del fondo extraordinario de 16.000 millones, Barbón sostiene que no pretende «polemizar» con otras comunidades sino defender los intereses de Asturias, cuando pide que se tenga en cuenta la política fiscal de las autonomías.
Rechaza que algunas comunidades pretendan «camuflar» como pérdidas de ingresos por el coronavirus lo que realmente son pérdidas por «rebajas» de impuestos. Así, Barbón pedirá al Gobierno central «cuantificar la pérdida de ingresos real por la pandemia». «Lo importante que es tener un sistema sanitario robusto y para sostenerlo es necesario una política fiscal justa», argumenta.

