Mueren dos cascos azules de la ONU en Malí tras la explosión de una mina
Al menos dos cascos azules de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de Naciones Unidas en Malí (MINUSMA) han muerto y otros cinco han resultado gravemente heridos tras la explosión de una mina en el norte del país africano.
Según ha explicado MINUSMA en un comunicado, un vehículo de un convoy logístico de la Misión de Naciones Unidas ha chocado en la mañana de este martes contra una mina, lo que ha requerido del envío de una «fuerza de intervención rápida» para evacuar a los heridos.
El destacamento de la ONU ha trasladado su enérgica condena a lo ocurrido, a la par que ha advertido de que el ataque puede se constitutivo de un «crimen de guerra» en base al derecho internacional.
Asimismo, MINUMSA «observa con preocupación el uso frecuente, por parte de grupos y elementos terroristas, de artefactos explosivos improvisados destinados a paralizar las operaciones de la Misión y obstruir el retorno a ala paz y la estabilidad».
En este punto, la Misión ha incidido en que las minas y artefactos explosivos afectan «indiscriminadamente» tanto al personal de Naciones Unidas destinado en Malí, como a las Fuerzas de Defensa y Seguridad de Malí y a las comunidades locales.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha aprobado recientemente una prórroga de la MINUSMA, que llega después de que Francia y sus aliados anunciaran en febrero la retirada de los efectivos desplegados en el marco de la operación Barkhane y la Fuerza Takuba, enviados a Malí para ayudar a Bamako en la lucha contra el yihadismo, ante las tensiones con la junta militar en el país de África Occidental.
Las tensiones en el país han ido aumentando durante los últimos meses tras el anuncio de la junta militar de alargar el proceso de transición y debido al supuesto despliegue de mercenarios del Grupo Wagner, algo que ha sido negado desde Bamako y Moscú, que hablan de cooperación militar regular.
Malí, al igual que otros países del Sahel, ha venido registrando en los últimos años un número creciente de ataques yihadistas obra tanto de la filial de Al Qaeda en la región como de la de Estado Islámico, lo cual ha hecho además aumentar la violencia intercomunitaria y provocado el desplazamiento de decenas de miles de personas.