Muere un casco azul sudafricano por la detonación de un artefacto explosivo en el este de RDC
Naciones Unidas ha confirmado este martes que un casco azul sudafricano de la misión de paz de la ONU en República Democrática del Congo (RDC) ha fallecido por la detonación de un artefacto explosivo cerca de los dormitorios de la base militar de Beni, que se encuentra en la provincia de Kivu Norte (este).
El portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, que ha trasladado sus «más profundas y sentidas condolencias a la familia del personal de mantenimiento de paz y al pueblo y Gobierno de Sudáfrica», ha indicado durante una rueda de prensa que una granada explotó junto a la tienda y que la misión está investigando la causa de la explosión.
La Fuerza de Defensa Nacional de Sudáfrica (SANDF) habían confirmado previamente el fallecimiento de uno de sus miembros desplegados en territorio congoleño en un incidente que había tenido lugar este lunes. El Ejército sudafricano no ha identificado al fallecido, puesto que está esperando que concluyan los procesos para traer sus restos mortales a su país de origen y su familia sea informada al respecto.
«No está claro qué causó la explosión de la granada de mano, sin embargo, se convocará una junta de investigación que incluirá a funcionarios de la ONU para investigar las circunstancias que rodearon el incidente», reza un comunicado publicado en su perfil de la red social X.
Esta misión se encuentra, a petición de las autoridades, en proceso de retirada del este del país, donde la crisis armada con las milicias del Movimiento 23 de Marzo (M23) han provocado una catástrofe humanitaria, puesto que la población ha huido en masa a los campos de desplazados de la capital, Goma, donde subsisten en condiciones infrahumanas mientras acusan al Ejército de quedarse de brazos cruzados ante las milicias, a pesar de que la provincia lleva bajo estado de excepción desde 2021, teóricamente para facilitar las operaciones militares.
El M23 –que según el Gobierno congoleño opera con el respaldo de Ruanda, algo que las autoridades ruandesas niegan por completo– es un grupo rebelde formado principalmente por tutsis congoleños y que opera principalmente en la provincia. Tras un conflicto entre 2012 y 2013, RDC y el grupo firmaron en diciembre un acuerdo de paz. En dichos combates, el Ejército congoleño contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas.
El grupo lanzó una nueva ofensiva en octubre de 2022, recrudecida a partir de noviembre, lo que provocó una crisis diplomática entre RDC y Ruanda por su papel en el conflicto. Kigali ha acusado a Kinshasa de apoyar a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), un grupo armado rebelde fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio de 1994 en Ruanda.