Muere Luis Roldán, el director de la Guardia Civil marcado por la corrupción en la etapa final del Gobierno de González
La muerte de Luis Roldán supone la despedida a una etapa proscrita en la Guardia Civil por tratarse de un director general de la institución condenado a 31 años, después de enriquecerse a costa de los fondos reservados y protagonizar una fuga de España en 1994 que puso en jaque en su etapa final al Gobierno del socialista de Felipe González.
Fue el máximo dirigente político de la Guardia Civil entre 1986 y 1993, hasta que saltó el escándalo por su enriquecimiento ilícito, un periodo en el que la Guardia Civil comenzó a articularse como un actor fundamental en la principal amenaza que tenía España: el terrorismo de ETA.
Durante su mandato se realizaron cambios en la institución, acelerando su proceso de modernización, tal y como recuerdan veteranos mandos de la Guardia Civil consultados por Europa Press quienes, no obstante, añaden a continuación que todo su desempeño «quedó marcado para siempre por su salida envuelta en un caso de corrupción».
Roldán ha fallecido esta madrugada a los 78 años de edad en el hospital San Juan de Dios de Zaragoza, donde permanecía ingresado desde hace varias semanas. Su carrera política comenzó como militante del PSOE, siendo concejal en el Ayuntamiento de Zaragoza y luego delegado del Gobierno en Navarra (1982-1986), tras el que fue nombrado director general de la Guardia Civil.
Tras ser detenido y entregado a España, fue condenado a 31 años de prisión por cohecho, falsedad en documento mercantil, malversación de caudales públicos, estafa y delito contra la Hacienda Pública y otra de tres años por el caso Urralburu . Su mandato al frente de la Guardia Civil también se enfrentó a acusaciones de guerra sucia contra ETA.
Cumplió 10 años de condena en un módulo dentro de la prisión de mujeres de Brieva (Ávila) –la misma elegida años después por Iñaki Urdangarin, cuñado del Rey Felipe VI– y, al conseguir el tercer grado, regresó a su Zaragoza natal, donde nació en 1943.
La detención de Roldán por agentes de la Policía el 27 de febrero de 1995 en el aeropuerto de Bangkok (Tailandia) ha estado rodeada siempre de diferentes claves, entre otras cuestiones por el papel que jugó personas vinculadas a los servicios secretos como Francisco Paesa.
La investigación judicial apuntó a que el enriquecimiento de más de 400 millones de pesetas de Luis Roldán se debió al desvío de fondos de uno de sus planes estrellas, la mejora de las casas cuartel de la Guardia Civil, la mayoría de ellas en mal estado al inicio de la democracia.
La lucha antiterrorista llevó a que, bajo su mandato, se modernizaran los Servicios de Información de la Guardia Civil, que gozan de prestigio por ser uno de los más eficaces, sobre todo en la derrota contra ETA, como quedó acreditado en la desarticulación de la cúpula etarra en Bidart (Francia) en 1992, un año marcado por los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla.