Músicos por la Salud utiliza una metodología propia y diferencial para humanizar las estancias hospitalarias en España
La fundación Músicos por la Salud utiliza una metodología propia y diferencial para humanizar las estancias hospitalarias en España y en centros sociosanitarios a través de la música, gracias a la labor de voluntarios que hacen una intervención distinta en cada uno de los servicios y unidades hospitalarias: UCI, Cáncer, Hemodiálisis, Salud Mental o Pediatría.
«Ayudamos a las personas a crear recuerdos bonitos en momentos complicados», con esta frase Guillermo Giner, presidente de Músicos por la Salud resume la labor de la fundación que él mismo puso a andar en 2015. Ocho años después, Músicos por la Salud ha realizado 24.741conciertos en vivo en Hospitales de toda España, cuenta con 2.726 músicos voluntarios, ha ayudado a la recuperación de 468.461 pacientes.
Además, en este tiempo ha logrado instar a que el Congreso de los Diputados se comprometa a impulsar el desarrollo de políticas para aunar música y salud.
La metodología aplicada por Músicos por la Salud forma al artista desde la perspectiva de la humanización. La necesidad de hacer una intervención distinta en cada uno de los servicios y unidades hospitalarias -UCI, Oncología, Hemodiálisis, área materno-infantil, etc-, y con cada paciente con el que interactúan, es alguno de los aspectos que acreditan las competencias necesarias de los músicos.
Los microconciertos tienen una duración entre los 30 minutos y una hora donde el músico se auto acompaña con un instrumento musical, pero antes de comenzar con la actuación debe conocer las distintas situaciones especiales entre los pacientes con los que deberá interactuar individualmente, así selecciona las canciones en función de las necesidades de los pacientes (un ritmo sutil puede generar calma y relajación, y con un ritmo vivo y marcado se pueden romper tensiones y motivar el movimiento de los oyentes).
Lo más importante, el consentimiento de que desean escucharle. La música a la carta también es otro de los aspectos diferenciales, los pacientes o sus familiares pueden encargar sus canciones favoritas, que intentan llevar en las siguientes visitas.
«El repertorio del microconcierto está basado en las elecciones de las personas beneficiarias, por eso tienen un significado y una vinculación emocional con sus emociones, recuerdos y vivencias. Además, se les proporciona a todos la letra para que puedan acompañar el canto», comenta Katya, música voluntaria.
Durante los microconciertos, la música es capaz de activar todo el sistema auditivo, el cual comprende y comunica el mensaje a las diferentes áreas del cerebro. A continuación, al trabajar la letra, la melodía y el ritmo de las canciones, se incide en las partes del área cognitiva relacionadas con el lenguaje y el sistema motor.
Por último, destacan que el hecho de que las canciones sean emocionalmente significativas los beneficiarios hace que puedan conectar con emociones y recuerdos del pasado, activando todo el sistema límbico (encargado de las emociones) y áreas relacionadas con la memoria como es el hipocampo.