MSF y SOS Mediterranée retoman las operaciones de salvamento marítimo en el Mediterráneo
La batalla por Trípoli y la «inacción europea» hace que las ONG vuelvan al mar
MADRID, 21
Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterranée han lanzado una nueva misión de búsqueda y rescate con el Ocean Viking , que pondrá rumbo al Mediterráneo Central a finales de julio, ante la escalada de la guerra en Libia y la «inacción europea», según han informado este domingo las dos ONG.
El Ocean Viking partirá con un total de 30 personas a bordo: nueve tripulantes contratados, doce efectivos de SOS Mediterranée a cargo de las operaciones de búsqueda y rescate y otros nueve de MSF –un médico, dos enfermeras, una matrona, un logista, un mediador cultural, una oficial de asuntos humanitarios, una responsable de comunicación y un coordinador–.
El buque de propiedad y bandera noruegas, construido en 1986 para operaciones de rescate y emergencias en las plataformas petrolíferas, está totalmente equipado para su nueva misión, con cuatro botes de alta velocidad, una clínica con salas de consulta, triaje y recuperación y capacidad para llevar hasta a 200 migrantes.
La mayoría de las ONG suspendieron sus operaciones en el Mediterráneo tras el cierre de los puertos de Italia y Malta, los más cercanos a Libia, y la amenaza italiana de procesar a las organizaciones humanitarias por tráfico de personas al considerar que con su actuación fomentan la actividad de las mafias que ayudan a inmigrantes y refugiados a dar el salto a Europa.
«Sin apenas barcos de rescate en el Mediterráneo central y los últimos vestigios de la capacidad de búsqueda y rescate europeos abandonados imprudentemente, esta ruta marítima es la ruta migratoria más mortal de todo el mundo», ha dicho MSF en un comunicado. En lo que va de año, al menos 426 personas han muerto intentando alcanzar suelo europeo.
En los últimos meses, la situación se ha visto agravada por el conflicto armado en Libia. En abril, el mariscal de campo Jalifa Haftar puso en marcha una ofensiva sobre Trípoli para derrocar al Gobierno de unidad nacional. Los combates en la capital libia han desplazado a más de 100.000 personas y han dejado a cientos de migrantes atrapados en centros de detención.
Un total de 53 inmigrantes y refugiados murieron y otros 130 resultaron heridos en el bombardeo efectuado el pasado 3 de julio sobre el centro de detención de Tayura, que fue alcanzado por dos misiles. MSF ha denunciado que la batalla por Trípoli se ha cobrado la vida de más de 60 migrantes.
Pese a la escalada del conflicto armado, «las evacuaciones humanitarias fuera de Libia siguen siendo únicamente puntuales e inadecuadas, dejando la ruta mortal por el Mediterráneo como una de las únicas vías de escape posible». «No permaneceremos callados mientras personas vulnerables sigan sufriendo», ha dicho Sam Turner, coordinador general de MSF para Libia la misión de búsqueda y rescate en el Mediterráneo.
Turner ha criticado que los gobiernos europeos se hayan limitado a condenar las muertes de migrantes, reclamando que dicha condena vaya acompañada de «la reanudación de las operaciones oficiales de búsqueda y rescate, el desembarco en lugares seguros, la evacuación inmediata fuera de Libia y el cierre de todos los centros de detención».
«La hipocresía que supone aumentar el apoyo a las interceptaciones en el mar y el posterior retorno forzado de estas personas a centros de detención donde suceden todo tipo de atrocidades sugiere que estas condenas son en realidad palabras vacías», ha reprochado Turner.
MSF ha cargado contra las «políticas vengativas» de algunos países europeos, «que no han hecho más que causar muertes en el mar y sufrimiento en el conflicto libio», subrayando que «mientras los gobiernos de la UE no asuman su responsabilidad en las operaciones de búsqueda y rescate y mientras haya personas huyendo de Libia se necesitarán buques humanitarios».
«Los políticos quieren hacernos creer que las muertes de cientos de personas en el mar y el sufrimiento de los miles (…)atrapados en Libia son un precio aceptable a pagar para controlar la migración», pero «la dura realidad es que, mientras anuncian el fin de la llamada crisis migratoria en Europa, ignoran la crisis humanitaria que estas políticas perpetúan», ha señalado Turner.
Para MSF, «sería inconcebible no tratar de evitar que las personas se ahoguen y llevarlos a un lugar seguro, donde aquellos que necesitan protección internacional puedan solicitar asilo a las autoridades pertinentes». «Todas estas muertes y todo este sufrimiento se pueden prevenir, así que mientras continúen, nos negamos a permanecer de brazos cruzados», ha defendido Turner.