MSF pide que la violencia sexual sea considerada una emergencia en República Democrática del Congo
Los equipos de MSF atendieron a casi 11.000 personas en 2020
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha pedido este jueves que la violencia sexual sea considerada una emergencia en República Democrática del Congo (RDC), mientras que denunciado «la falta de apoyo para las personas supervivientes» y ha pedido «actuar de inmediato».
Las cifras que ha presentado la organización en su último informe son «de una magnitud colosal», ha indicado, con «cerca de 11.000 supervivientes de violencia sexual atendidas con el apoyo de equipos de MSF en seis de las 26 provincias de la RDC, lo que constituye una media de 30 personas al día», en 2020. «Sin embargo, es solo la punta del iceberg», ha advertido MSF.
Los datos que ha recopilado la organización durante 2020 presentan un «panorama profundamente preocupante» en relación con el estado físico y psicológico, entre ellas infecciones, embarazos no deseados, lesiones físicas derivadas de la violencia, además de traumas psicológicos graves, incluso entre los menores de edad que representaron una quinta parte de los pacientes tratados por MSF en 2020.
Además, el informe pone de manifiesto «las deficiencias en la atención a las personas que han sufrido una agresión sexual en forma de personal médico con formación inadecuada, falta de medicamentos y suministros médicos y falta de apoyo socioeconómico y legal».
Por otro lado, aunque los datos de la organización revelan que la emergencia es sobre todo médica, también tiene «un impacto menos conocido de la violencia sexual: su duradera huella económica y social», ya que después de la agresión muchas de las víctimas tienen miedo a volver a los campos de cultivo o son rechazadas por sus comunidades, agravando su pobreza y vulnerabilidad.
«Dada su escala y sus consecuencias, la violencia sexual debe ser considerada como una emergencia por las autoridades congoleñas, los donantes internacionales y todas las organizaciones humanitarias presentes en el país», ha urgido la organización.
Además, ha criticado la «narrativa de violencia sexual como arma de guerra «, ya que «tiende a obviar el hecho de que esta violencia también es perpetrada por hombres desarmados y en regiones más estables donde hay pocos actores presentes para brindar apoyo».
A pesar de que es una situación que la situación de violencia sexual es condenada, «esta condena no va seguida de acciones suficientes, ya sea en materia de prevención, atención o protección. Nuestros equipos en el terreno son testigos directos de que las necesidades están lejos de ser satisfechas», ha manifestado la coordinadora general de MSF en República Democrática del Congo, Juliette Seguin.
Una de las principales necesidades para hacer frente a esta emergencia es la falta de financiación, ha apuntado MSF. «El año pasado, para República Democrática del Congo, se desembolsó menos del 6 por ciento de la financiación internacional solicitada para responder a las necesidades de salud humanitaria y solo el 18 por ciento de la cantidad solicitada para la protección de los Derechos Humanos», una tendencia que continúa en 2021, ha lamentado Seguin.
En este contexto, la organización ha urgido a las autoridades locales y a la comunidad internacional a «redoblar los esfuerzos para asegurar una atención integral y de calidad a las personas supervivientes de violencia sexual, que incluya apoyo médico, psicológico, socioeconómico y legal».