MSF denuncia una «guerra contra las personas» en Sudán y critica los obstáculos a la entrega de ayuda
La ONG alerta de unos niveles «terribles» de violencia a causa del conflicto, que deja una cifra «catatrófica» de víctimas
La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado este lunes la existencia de «una guerra contra las personas» en el marco del conflicto desatado en abril entre el Ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), que ha provocado un colapso del sistema de protección a los civiles, que hacen frente a violencia indiscriminada, asesinatos, torturas y violencia sexual.
El informe Guerra contra las personas, el coste humano del conflicto y la violencia en Sudán recoge que tanto el Ejército como las RSF y sus respectivos aliados están causando unos niveles de violencia «terribles» a la población, con un número «catastrófico» de víctimas y ataques contra hospitales, mercados y otras instalaciones civiles.
Así, ha especificado que la organización presta apoyo a los escasos hospitales y salas de urgencia que quedan en funcionamiento en Sudán en zonas en conflicto activo en Jartum, Gezira y Darfur, donde han atendido a miles de heridos de guerra a causa del fuego cruzado, los bombardeos y los ataques con artillería.
MSF ha detallado que entre el 15 de agosto de 2023 y el 30 de abril de 2024, en el hospital Al Nao de Omdurmán ingresaron 6.776 heridos de guerra –con casi el 30 por ciento siendo niños y mujeres–, un 53 por ciento de los cuales presentaban heridas de bala, mientras que otro 42 por ciento sufrían heridas de metralla. Del total, casi 400 murieron a causa de sus heridas.
«Unas 20 personas fallecieron al poco de llegar al hospital. Algunas, de hecho, ya llegaron muertas. La mayoría nos llegaron con las manos o las piernas colgando, ya amputadas», afirma un trabajador sanitario de Al Nao. En algunos casos, apenas una pequeña parte de piel mantenía unidas las extremidades. Un paciente llegó sin la pierna, la persona que lo acompañaba traía en la mano el miembro que le faltaba», agrega.
En esta línea, los equipos de MSF en el Hospital Universitario de Bashair, en Jartum, trataron entre mayo de 2023 y abril de 2024 a 4.393 pacientes con lesiones traumatológicas, una situación que se replica en otras zonas del país, en el que el sistema sanitario ha sufrido el grave impacto del conflicto, incluida una obstrucción por parte de las partes en conflicto de la entrega de ayuda.
El informe contiene además datos sobre violencia sexual y de género, principalmente en Darfur. Una encuesta realizada a supervivientes de violencia sexual entre julio y diciembre de 2023 en campamentos de refugiados en Chad revela que el 90 por ciento había sufrido abusos por parte de un agresor armado, el 50 por ciento en su propio hogar y el 40 por ciento a manos de múltiples agresores.
«Dos chicas jóvenes de Sariba, nuestro barrio, desaparecieron. Después secuestraron a mi hermano y, cuando volvió a casa, dijo que las dos chicas estaban en la misma casa donde él estuvo secuestrado y que llevaban allí dos meses», resalta un paciente de MSF respecto a unos sucesos en Gedaref. «Dijo que escuchó que les hacían cosas malas, el tipo de cosas malas que les hacen a las niñas», relata.
VIOLENCIA ÉTNICA EN DARFUR
De esta forma, MSF ha incidido en que los testimonios reflejan además la existencia de violencia étnica contra la población de Darfur y varios residentes han manifestado que miembros de las RSF y milicias aliadas fueron casa por casa en la ciudad de Nyala en verano de 2023 para asesinar y saquear a miembros de la comunidad masalit y otras etnias no árabes.
«Los hombres iban armados con pistolas y vestidos con camuflaje de las RSF. Me apuñalaron varias veces y caí al suelo. Cuando salieron de mi casa me miraron tendido en el suelo, apenas estaba consciente. Los oí decir: Va a morir, no malgastéis vuestras balas , mientras uno de ellos me pisaba», recalca un paciente.
Por otra parte, un estudio de MSF realizado en el sur de Darfur entre febrero y marzo de 2024 detectó un exceso de las tasas de mortalidad bruta y descubrió que en el norte de Nyala, el índice se había duplicado por el conflicto, especialmente durante los combates de octubre de 2023.
La ONG ha reseñado además que, pese a que el sistema sanitario se esfuerza por hacer frente a las necesidades, se han registrado numerosos obstáculos a la hora de entregar ayuda, al tiempo que ha argumentado que, pese a que las autoridades han empezado a expedir visados para el personal humanitario con mayor facilidad, los intentos de proporcionar atención médica vital siguen viéndose obstaculizados regularmente por bloqueos burocráticos.
«La violencia de las partes enfrentadas se ve agravada por las obstrucciones. Al bloquear, interferir y asfixiar los servicios cuando la gente más los necesita, los sellos y las firmas pueden ser tan mortales como las balas y las bombas en Sudán», ha dicho la directora general de MSF, Vickie Hawkins.
«Hacemos un llamamiento a todas las partes beligerantes para que faciliten el aumento de la ayuda humanitaria y, sobre todo, para que pongan fin a esta guerra sin sentido contra la población, cesando inmediatamente los ataques contra la población, las infraestructuras civiles y las zonas residenciales», ha zanjado Hawkins.