MSF denuncia la detención de miles de migrantes en Libia tras cinco días de arrestos masivos

Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado este miércoles que el número de migrantes y refugiados retenidos en los centros de detención en Trípoli, Libia, ha aumentado hasta multiplicarse por tres en los últimos cinco días, como resultado de detenciones «masivas y aleatorias».

MSF, que ha calificado el aumento de «drástico» y ha señalado que las detenciones incluyen a mujeres y niños, ha explicado que las fuerzas de seguridad libias «han acorralado» al menos 5.000 migrantes y refugiados en todo Trípoli.

Del mismo modo, ha señalado que en las redadas e incursiones a sus hogares, muchos de los capturados «habrían sido sometidos a graves actos de violencia física, incluso sexual». Según Naciones Unidas, un joven migrante murió y al menos otros cinco han sufrido heridas de bala.

«Estamos viendo cómo las fuerzas de seguridad toman medidas extremas para detener arbitrariamente a más personas vulnerables en condiciones inhumanas en instalaciones gravemente superpobladas», ha asegurado la responsable de MSF para Libia, Ellen van der Velden.

«Familias enteras de migrantes y refugiados que viven en Trípoli han sido apresadas, esposadas y trasladadas a varios centros de detención. En el proceso, la gente ha resultado herida e incluso ha habido un fallecido, las familias se han dividido y sus casas han quedado reducidas a escombros», ha agregado.

MSF también ha lamentado que, debido a la inseguridad provocada por las redadas, sus equipos no han podido llevar a cabo las clínicas móviles semanales en la ciudad para atender a migrantes y refugiados vulnerables que requieren atención médica. «Las batidas también han afectado a la capacidad de la gente para moverse libremente por la ciudad y buscar atención médica, ya que los que han evitado la detención tienen miedo de salir a la calle», ha especificado.

La ONG también ha criticado las condiciones de los detenidos, que han sido llevados a centros estatales y encerrados en celdas insalubres y gravemente superpobladas, con escasa agua potable y comida y un acceso a los aseos muy limitado. «Tras la violencia empleada en las detenciones, es probable que muchos necesiten atención médica urgente», ha insistido.

Los equipos de MSF han podido visitar dos centros de detención de la capital, Shara Zawiya y Al Mabani, donde han retomado sus operaciones tras una suspensión de tres meses. En el primero, que normalmente acoge a entre 200 y 250 personas, un equipo de MSF vio a más de 550 mujeres y niños hacinados en las celdas, incluidas mujeres embarazadas y recién nacidos.

Unas 120 personas compartían un solo retrete, mientras que los cubos llenos de orina se alineaban cerca de las puertas de las celdas. Cuando se distribuyó la comida, hubo un alboroto cuando las mujeres detenidas protestaron por las condiciones en las que estaban recluidas.

Mientras, en Al Mabani, los equipos de la ONG vieron hangares y celdas tan abarrotados que los hombres que estaban dentro se veían obligados a permanecer de pie. Fuera de las celdas, cientos de mujeres y niños estaban retenidos al aire libre, sin sombra ni cobijo.

Un equipo de MSF habló con hombres que dijeron no haber comido en tres días, mientras que varias mujeres declararon que lo único que habían recibido era un trozo de pan y un triángulo de queso una vez al día. El equipo de MSF encontró a varios hombres inconscientes que requerían atención médica urgente.

Durante su visita a Al Mabani, el equipo de MSF fue testigo de cómo un grupo de migrantes y refugiados detenidos intentaba escapar. Fueron respondidos con «extrema violencia». «Nuestro equipo escuchó dos rondas de intensos disparos a muy corta distancia y fue testigo de la paliza indiscriminada a un grupo de hombres, que posteriormente fueron obligados a subir a vehículos y conducidos a un destino desconocido», ha explicado MSF.

NO SE CUMPLEN LAS CONDICIONES BÁSICAS

MSF también suspendió sus operaciones en el centro de Abú Salim, por, como en el caso de los centros antes mencionados, los repetidos incidentes de violencia contra las personas migrantes y refugiadas recluidas en estas instalaciones.

La reanudación del trabajo de MSF se produjo tras un acuerdo con las autoridades que gestionan estos centros mediante el que MSF recibió garantías de que se cumplirían ciertas condiciones básicas. Tras las visitas de esta semana, MSF considera que es evidente que estas condiciones se han incumplido.

«En vez de aumentar el número de personas retenidas en los centros de detención, hay que parar las detenciones arbitrarias y cerrar estas instalaciones peligrosas e inhabitables», ha pedido Van der Velden.

«Más que nunca, las personas migrantes y refugiadas están atrapadas en Libia donde viven en peligro y donde cuentan con pocas opciones para huir dado que los vuelos humanitarios han sido suspendidos injustificadamente por segunda vez este año», reclama.

En este contexto, MSF ha pedido a las autoridades libias que pongan fin a las detenciones masivas de migrantes y refugiados vulnerables y que liberen a todas las personas retenidas ilegalmente en los centros de detención.

MSF también ha instado a las autoridades, con el apoyo de las organizaciones pertinentes, a identificar alternativas seguras y dignas a la detención y a permitir la reanudación inmediata de los vuelos de evacuación humanitaria y reasentamiento fuera de Libia.

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