MSF denuncia condiciones de vida «espantosas» entre los refugiados sursudaneses en Etiopía

La organización humanitaria internacional Médicos sin Fronteras (MSF) ha denunciado este viernes que miles de personas que han huído de la inseguridad reinante en Sudán del Sur llevan meses atrapadas «en condiciones espantosas» en un centro de acogida refugiados de la región etíope de Gambella, y que podrían empeorar todavía más en las próximas semanas según se acerca la temporada de lluvias.

«Las condiciones de vida son espantosas, con miles de personas apiñadas en una docena de edificios decrépitos que son poco más que cobertizos, la mayoría sin colchones ni mantas», ha lamentado la organización en un comunicado tras una visita al centro de acogida.

Allí, «cientos de mujeres y niños, incluidas madres embarazadas y bebés, duermen al aire libre, muchos de ellos sin siquiera sábanas de plástico para acostarse o mantas para cubrirlos y sin ninguna protección contra los elementos». Además, «las condiciones higiénicas en el centro son deficientes y las letrinas se desbordan con frecuencia», según la ONG que trató, entre febrero y marzo, a 1.233 niños con diarrea acuosa aguda.

La ONG denuncia además el nulo acceso a los recursos en los alrededores. Adentrarse en el bosque para conseguir madera podría implicar un peligroso encuentro con militares sursudaneses que agreden a los residentes del centro. Además, los peticionarios de asilo han denunciado que varios niños que juegan cerca del río cercano que separa Etiopía de Sudán del Sur han sido secuestrados.

LLEGAN LAS LLUVIAS

Todas estas condiciones empeorarán significativamente en cuestión de dos semanas, cuando lleguen las lluvias a finales de abril. Algunos aguaceros ocasionales ya han empantanado partes del campamento y, cuando la lluvia comience a caer a plena potencia y de manera constante, la gente ya no podrá dormir al aire libre.

A ello hay que añadir que los charcos de agua estancada son un caldo de cultivo ideal para los mosquitos, que propagan la malaria. En este sentido, la directora para el país de Médicos sin Fronteras, Audrey van der Schoot, ha manifestado que «la malaria ya es una de las principales enfermedades de los niños menores de cinco años».

Las cinco enfermedades más peligrosas a las que se enfrentan los niños menores de cinco años son la diarrea acuosa aguda, las infecciones del tracto respiratorio superior e inferior, la malaria y las infecciones oculares.

La organización ha tratado, entre febrero y marzo, a 539 pacientes con malaria, pero temen que las cifras aumentarán cuando empiece la temporada de lluvias.

Claro está, la pandemia de coronavirus sigue siendo motivo serio de preocupación. En marzo se tuvo constancia de cuatro casos confirmados de la enfermedad en el centro de recepción de Pagak. Dada la proximidad de sus habitantes, la ausencia de mascarillas y sin las medidas adecuadas de prevención y control de infecciones, el coronavirus se propaga a toda velocidad. Cuando lleguen las lluvias, los residentes estarán virtualmente pegados los unos a los otros, acurrucados para protegerse del aguacero bajo uno de los pocos techos disponibles.

«Hay que abordar esta situación urgentemente», ha declarado Van der Schoot. «Hay que registrar a los peticionarios de asilo, y acelerar el proceso para establecer un centro de recepción en un lugar más adecuado de la región», concluido.

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