MSF advierte de la gran necesidad de rehabilitación temprana y apoyo en salud mental en Ucrania debido a la guerra
Se cumplen tres años del inicio del conflicto
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha comunicado que, desde el principio de la guerra en Ucrania en 2022, ha atendido a un número creciente de pacientes con traumatismos relacionados con el conflicto que necesitan rehabilitación temprana, concretamente fisioterapia postamputación, al tiempo que también ha aumentado el número de pacientes que requieren tratamiento para el trastorno de estrés postraumático.
Por ello, MSF gestiona un proyecto de rehabilitación con centros en Cherkasy y Odesa, donde las personas reciben fisioterapia postoperatoria temprana, apoyo en salud mental y atención de enfermería tras incidentes de trauma violento. MSF trató a 755 pacientes en 2023 y 2024. De un año a otro, asegura que hubo un aumento del 10 por ciento en el número de pacientes que necesitaron atención postoperatoria por amputación de piernas.
En 2024, a la mitad de los pacientes del proyecto se les diagnosticó trastorno de estrés postraumático o depresión. La necesidad de apoyo en salud mental en Ucrania es «significativa», aseguran. Además de los centros de Cherkasy y Odesa, MSF ha creado un proyecto de estrés postraumático en Vinnytsia.
«La ferocidad de esta guerra no ha disminuido, y las necesidades médicas humanitarias no han hecho más que aumentar. Incluso si la guerra terminara mañana, cientos de miles de personas necesitarían años de fisioterapia a largo plazo, o apoyo para el trastorno de estrés postraumático. Garantizar esta atención requiere un compromiso humanitario permanente», ha afirmado el coordinador general de MSF en Ucrania, Thomas Marchese.
La ONG resalta que el sistema sanitario ucraniano se enfrenta a una «inmensa presión». Por un lado, la respuesta a las emergencias y, por otro, cubrir las necesidades continuas de los pacientes afectados por la guerra.
«Durante tres años, los ataques con drones y misiles han sido cotidianos, y en algunos casos han golpeado ciudades situadas a más de 1.000 kilómetros de la línea del frente. Los centros y sistemas médicos se han visto obligados a adaptarse a tratar a los pacientes en búnkeres o sótanos, así como a sufrir frecuentes cortes de electricidad por los ataques a las infraestructuras energéticas», apuntan.
En respuesta a esta situación, MSF opera ambulancias que trasladan a pacientes de hospitales sobrecargados cerca de la línea del frente a centros médicos del centro y oeste de Ucrania con mayor capacidad. En los últimos tres años, las ambulancias de MSF han trasladado a más de 25.000 pacientes, más de la mitad de ellos con heridas causadas por traumatismos violentos.
En 2024, los equipos de clínicas móviles y ambulancias de MSF que trabajan cerca de la línea de frente registraron un aumento significativo de las derivaciones de pacientes con enfermedades crónicas como problemas cardiovasculares, diabetes y cáncer.
En 2023, estos casos representaron el 24 por ciento de todas las derivaciones, y aumentaron al 33 por ciento en 2024. Sin embargo, los bombardeos y ataques regulares hacen que el acceso de los equipos de MSF no esté garantizado. «Muchas de las personas con enfermedades crónicas son mayores y tienen menos movilidad; en algunas zonas, la gente ha empezado a vivir en sus sótanos o en búnkeres, debido a los intensos bombardeos», subrayan.
«Para algunas de las personas más vulnerables, reubicarse no es una opción. No todo el mundo puede abandonar su hogar y empezar su vida de nuevo, pero los continuos combates hacen que estas personas queden frecuentemente aisladas de la atención médica, del mismo modo que los equipos médicos de MSF a veces no pueden desplazarse a determinadas zonas debido a los continuos bombardeos», explica Marchese.