Más de 40 ONG advierten de una catástrofe humanitaria en Somalia en la peor sequía en 40 años
Arranca este miércoles en Adís Abeba la Cumbre de la Unión Africana (UA) centrada en la nutrición
Unas 40 ONG, entre las que se encuentran Oxfam Intermón y Save the Children, han advertido de una catástrofe humanitaria en Somalia ante la escasez de lluvia por tercera temporada consecutiva en la que es ya la peor sequía en 40 años y han pedido a los donantes que colaboren «antes de que sea demasiado tarde».
«Estamos profundamente preocupados por la vida de millones de somalíes. Se enfrentan a una grave crisis y necesitan urgentemente asistencia humanitaria. Hacemos un llamamiento a todos los donantes, incluidos los donantes institucionales, empresas, fundaciones y organizaciones filantrópicas individuales», han dicho las ONG firmantes.
En concreto, han avisado de que 7,7 millones de personas en el país necesitan «urgentemente» asistencia humanitaria y que, pese a la urgencia que suponen estas sequías, solo menos del 2 por ciento de la ayuda humanitaria de la ONU para responder a la crisis somalí ha sido financiada hasta la fecha.
Por ello, las organizaciones firmantes han instado a aumentar el compromiso y reducir los trámites burocráticos «para liberar y asignar fondos»: «No podemos responder a la escalada de la crisis sin un fuerte aumento de los fondos por parte de los donantes. El momento de actuar es ahora».
Aproximadamente 3,2 millones de personas, en 66 de los 74 distritos, están sufriendo las consecuencias de la peor sequía que azota el país en 40 años. Además, 1,4 millones de personas están en riesgo de ser desplazadas en los próximos meses, lo que podría llegar a congestionar los campamentos humanitarios, que ya están superpoblados, generando aún más conflictos por los recursos.
De hecho, según advierte Oxfam, esta crisis está desencadenando brotes de enfermedades transmisibles ante la falta de mecanismos de protección social y, desde principios de 2020, otras crisis adicionales han contribuido al deterioro de las condiciones humanitarias, como las plagas de langostas del desierto y la pandemia de COVID-19.
«Tenía 150 vacas (y) todas ellas fueron aniquiladas. Huí a este lugar debido al hambre y busqué refugio. Los efectos adversos de la sequía son visibles entre la gente. Todos aquí comparten una historia similar de hambre y desesperación. Estamos mirando el hambre a la cara. No tenemos nada para comer», ha dicho a Oxfam un ciudadano afectado por la crisis.
CUMBRE AFRICANA POR LA NUTRICIÓN
Por otro lado, la Cumbre de la Unión Africana (UA) arranca este miércoles en Adís Abeba –entre el 2 al 4 de febrero– y está centrada en la nutrición debido a los niveles crecientes de hambre y desnutrición en todo el continente africano.
«La triple amenaza de la crisis climática, el COVID-19 y el conflicto requerirá un esfuerzo extraordinario y una respuesta de los líderes africanos», ha dicho el director del Programa Panafricano de Oxfam, Peter Kamalingin.
Así, ha resaltado que «muchos países han dado pasos importantes» con respecto a la inversión en los sistemas sanitarios para responder a emergencias y empoderar «iniciativas locales de consolidación de la paz dirigidas por mujeres». Pese a ello, ha indicado que «tales acciones son todavía muy pocas».
Kamalingin ha detallado que la gente tiene que «saltarse comidas para alimentar a sus hijos, vender ganado y otros bienes,mendigar, sacar a los niños de la escuela o cosechar cultivos inmaduros» y ha señalado que «millones de hogares en comunidades de pastores en Chad, Benín, Níger, Malí y Mauritania dicen que tienen que vender animales» para conseguir comida.
Una de cada cinco personas está ahora desnutrida en el continente y 93 millones en 36 países africanos están sufriendo niveles extremos de hambre, siendo las mujeres y los niños los grupos poblacionales más afectados. En África subsahariana, uno de cada tres niños menores de cinco años sufre un retraso en el crecimiento debido a la desnutrición crónica, mientras que dos de cada cinco mujeresen edad fértil están anémicas debido a la mala dieta.
Naciones Unidas estima que los precios de los alimentos en África subsahariana son ahora entre un 30 y un 40 por ciento más altos que en el resto del mundo, teniendo en cuenta los niveles comparativos del PIB per cápita.
Las injusticias históricas, la desigualdad y la extracción de riqueza han dejado a generaciones de africanos pobres yeconomías nacionales endeudadas. África ha sido la última en la fila para las vacunas de COVID-19. Además, el continente también ha sido el más afectado por el cambio climático y ya está calentándose a un ritmo más rápido que el promedio mundial de 1,2 grados, según recoge un comunicado de Oxfam.