Moody s ve positivo para la banca la decisión del BCE de examinar sus riesgos medioambientales
La agencia de calificación Moody s ha asegurado que la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de examinar los riesgos medioambientales e incluirlos en sus test de estrés para 2022 es «positivo» desde el punto de vista crediticio para las entidades financieras.
En un informe publicado este miércoles, la calificadora «espera» que la posición del supervisor se traduzca en una mayor conciencia, entendimiento y gestión de los riesgos medioambientales. A su vez, esto incrementará la resiliencia de los bancos a los efectos financieros adversos procedentes del cambio climático.
Moody s también considera que la inclusión de los riesgos climáticos en la actividad de supervisión del BCE provocará que los bancos tengan más datos y herramientas para gestionar dichos riesgos, así como incluirlos en sus planes estratégicos a largo plazo.
La agencia estima que la evaluación que realice el BCE estará en línea con la que han hecho otras autoridades supervisoras, como el Banco de Inglaterra o la Autoridad de Control Prudencial y Resolución de Francia. De esta forma, el análisis estará dirigido a «entender» las implicaciones del cambio climático para la estabilidad financiera en lugar de comprobar si los bancos tienen suficiente capital para absorber riesgos climáticos.
A finales de noviembre, el BCE publicó una guía sobre la clasificación e información de riesgos climáticos y medioambientales, que entró en vigor con efectos inmediatos. De acuerdo con el documento, las entidades tendrán que tener en cuenta factores de riesgo como fenómenos meteorológicos extremos, patrones climáticos crónicos, la contaminación, la pérdida de la biodiversidad o las políticas y regulaciones medioambientales.
Según el BCE, los bancos tendrán que desglosar cómo pueden afectar estos riesgos a sus operaciones (por daños físicos), al mercado (por volatilidad o pérdida de valor de activos) o al crédito (probabilidades de incumplimiento en sectores expuestos).
Los bancos tendrán que realizar una autoevaluación sobre las expectativas supervisoras planteadas en la guía y formular planes de acción sobre ese supuesto a principios de 2021. Tras ello, el propio BCE examinará esas autoevaluaciones y planes.