Montes (McKinsey): Ser excelente en implementación es clave en un contexto de cambios rápidos y profundos
La socia de McKinsey & Company Olalla Montes ha asegurado que, en un contexto de cambios rápidos y profundos como el actual, la clave para las empresas consiste en llevar a cabo una implementación efectiva.
«Implementar bien va más allá de llevar a cabo una transformación. Se trata no sólo de conseguir ese impacto, sino también de sostenerlo a lo largo del tiempo», algo que «solo el 10% de las empresas logra», ha asegurado Montes en una entrevista concedida a Europa Press.
Montes ha realizado un análisis sobre la importancia de contar con una plantilla con excelentes capacidades de adaptación e implementación en un contexto en el que convergen, junto a inestabilidad geopolítica, la aparición de la inteligencia artificial generativa, la sostenibilidad, la transición energética, y la lucha por el talento, entre otros factores.
En este sentido, ha destacado que aquellas compañías que implementan con éxito no solo duplican el crecimiento de sus resultados financieros con respecto a las que no lo hacen, también consiguen un impacto positivo en su cultura organizacional, en las personas (empleados) y en la sociedad en general «porque, al final, no dejan de estar utilizando de forma efectiva y eficiente los recursos y las capacidades que tienen».
Otra de las ventajas que, a su juicio, tienen las empresas que cuentan con plantillas enfocadas a ejecutar transformaciones exitosas es la inversión en talento. Cuando las empresas se centran en las personas, invierten en capacidades, mejoran la experiencia de los empleados y, como resultado, «tienen una mayor capacidad para atraer y retener talento».
También, ha señalado el propio beneficio de la empresa al alcanzar el éxito. «Si la empresa es capaz de hacer un plan, fijarse una ambición y llevarlo a cabo, esto genera un atractivo desde el punto de vista de las personas y también de los socios que pueda tener la organización, logrando un ecosistema más positivo a su alrededor», ha explicado.
RESISTENCIA AL CAMBIO, FALTA DE COMPROMISO Y DE RECURSOS
Al ser preguntada sobre las posibles causas por las cuales tan solo diez de cada 100 empresas que deciden llevar a cabo una transformación logran tener éxito, Montes ha mencionado tres desafíos fundamentales, entre los que se encuentra la resistencia al cambio, la falta de compromiso a largo plazo y la insuficiencia de recursos adecuados para apoyar las iniciativas de transformación.
La ejecutiva de McKinsey ha incidido en la importancia de «mantener la disciplina en el largo plazo», para tener éxito en la implementación y ha comparado el proceso con los propósitos de Año Nuevo, donde el entusiasmo inicial puede desvanecerse con el tiempo si no se mantiene el compromiso y la disciplina necesarios.
«Lo que ves es que la adherencia a este tipo de programas después de tres, cuatro o seis semanas es baja y llega mayo y estás otra vez diciendo que te vas a poner con la operación bikini», ha explicado.
A pesar de la dificultad de todo el proceso, Montes ha advertido de que las empresas pueden abordar todos estos desafíos «con una planificación cuidadosa, con una gestión del cambio efectiva, con un compromiso claro de los líderes de una organización y con mucha comunicación».
RECETA PARA EL ÉXITO EN LA IMPLEMENTACIÓN
En este escenario, Montes ha identificado tres prácticas que componen la «receta» para lograr el éxito en los cambios, basadas en las conclusiones de una encuesta global llevada a cabo por la consultora internacional McKinsey & Company, siendo la primera de ellas la combinación entre «rigor y disciplina».
Según la experta, «al comienzo de una transformación hay mucho foco, hay mucha motivación, hay mucha energía, hay mucho impulso, pero esto se pierde hacia las fases últimas y estos procesos pueden durar años». De este modo, tanto el rigor como la disciplina son dos aspectos que deben ser constantes a lo largo de todo el proceso de transformación, ha incidido.
En este sentido, ha abogado por que las empresas dispongan de infraestructura durante el proceso de cambio, asegurando que se establezcan metodologías claras de seguimiento y gestión de ese cambio.
En segundo lugar, ha destacado la necesidad de un enfoque equilibrado que no solo considere los aspectos técnicos, sino también el factor humano dentro de la organización. «Estas situaciones son una oportunidad de generar compromiso en la organización, de mejorar la experiencia de las personas, de darles algo nuevo, algo importante y también de desarrollar talento».
Según Montes, las compañías que tienen éxito en el proceso de implementación son las que hacen uso de metodologías para identificar sistemáticamente al talento que tienen dentro de la organización y someterlo a puestos críticos para la transformación, acompañado de programas de capacitación y coaching intensivos. Este talento «no siempre es el talento más senior; muchas veces es el talento más junior», ha explicado.
Finalmente, ha subrayado la importancia de la correcta priorización de recursos para mantener el impulso y la dedicación a lo largo del tiempo. «Las compañías que utilizan estos ingredientes, por así decirlo, tienen entre tres y cuatro veces mejores resultados en sus transformaciones», ha concluido.
EL PAPEL DEL LIDERAZGO
Al ser consultada sobre cómo las empresas pueden preparar a sus plantillas para abrazar el cambio, Montes ha destacado el papel de un liderazgo fuerte y comprometido. «No le puedes pedir a los equipos que hagan una cosa que un directivo no considera importante», ha explicado. Por ello, «es importante que se lidere con el ejemplo».
Asimismo, ha abogado por que las empresas construyan una «historia de cambio» que sea «potente», de tal forma que transmita a los equipos el motivo de esa transformación y cuáles son los beneficios tanto para la organización y la sociedad, pero también para ellos como individuos.
Además, ha destacado la importancia de considerar tanto las habilidades soft -como la capacidad para resolver problemas, comunicarse eficazmente y generar movilización dentro de la organización-, como las habilidades técnicas relacionadas con la gestión de grandes proyectos, para asegurar que la plantilla esté preparada para enfrentar los desafíos cambiantes del entorno empresarial global
EL ÉXITO NO ES UNA CUESTIÓN GEOGRÁFICA
En opinión de la socia de la consultora, el éxito de las empresas españolas y europeas a la hora de adoptar estas prácticas de implementación de manera efectiva no es una cuestión geográfica. «Las organizaciones lo pueden hacer bien, mal o regular en cualquier parte del mundo», ha afirmado.
La clave está en que las empresas tomen cada vez mayor conciencia de que se trata de una «capacidad importante» que tienen que desarrollar. «No es una cuestión de magia, ni de suerte, sino de ciencia y capacitación».
Respecto a ello, ha destacado que existe una creciente conciencia global sobre la importancia de desarrollar estas capacidades dentro de las organizaciones, lo cual, en su opinión está impulsando un cambio positivo en muchas de ellas.