Montero (Podemos) no teme que la marca de Errejón concurra a las elecciones porque en democracia «es natural»

Acusa a los viejos partidos de querer «subvertir de alguna manera la voluntad democrática» de la sociedad con la repetición electoral

La número dos de Podemos, Irene Montero, ha señalado este jueves que su formación no teme que la marca política de Íñigo Errejón, Más Madrid, esté valorando presentarse a las elecciones generales del 10 de noviembre porque el hecho de que un partido concurra a unos comicios «es lo más natural». «Respetamos la democracia y nosotros nos presentaremos con nuestras propuestas», ha apuntado.

En una entrevista en TVE recogida por Europa Press, Montero, que reaparecía por primera vez tras su permiso de maternidad, ha indicado que lo que realmente teme y ve como peligroso es que «las cloacas» entren en su despacho del Congreso, pero no que una formación se presente a unas elecciones.

La pregunta surgía después de que el periódico digital El Confidencial revelara que el entorno de Errejón, cofundador de Podemos, valora seriamente concurrir a las generales con una candidatura en Madrid. «Insisto, me preocupan las cosas serias y no la democracia», ha añadido Montero, para subrayar que es un error pensar en el «hastío» de la ciudadanía por el bloqueo político en términos electoralistas.

Los ciudadanos «irán a votar para hacer valer quién manda en democracia», ha aseverado, advirtiendo de que España necesita «estabilidad ante la crisis civilizatoria» que se vive.

EL FRACASO DE LAS NEGOCIACIONES

Así, Montero opina que el fracaso de las negociaciones entre Unidas Podemos y el PSOE no tiene por qué pasarles factura en noviembre, y recuerda que «es absurdo» debatir hoy sobre quién ha tenido la culpa del bloqueo de la investidura, porque lo que ocurre es que desde la crisis económica de 2008 y desde el 15-M, los ciudadanos decidieron que «el bipartidismo se acabó» porque suele ir aparejado a «la corrupción y a la parálisis institucional».

Para Montero, ahí está el origen del auge del multipartidismo, donde las mayorías absolutas se acaban. Esto, añade, provoca que los viejos partidos (por PP y PSOE) pongan barreras a ese avance porque «quieren restaurar el bipartidismo». Y esto, asegura, provoca desánimo entre los ciudadanos que querían una coalición cuando votaron en abril.

En este sentido, ha confesado que en Unidas Podemos también están decepcionados con el bloqueo que ha llevado a la repetición electoral, y ha afeado al PSOE haber provocado esta situación al no aceptar que los casi cuatro millones de votantes de Unidas Podemos pudieran tener representación en el Gobierno.

LA PROPUESTA DEL PSOE «ERA MENTIRA»

En este punto, ha afirmado que la propuesta del PSOE de que dirigieran una vicepresidencia y tres ministerios «era una mentira», y argumenta esto señalando que a las pocas horas la oferta «caducó como un yogur». «El PSOE nunca quiso hacer esa propuesta y se vio forzado» por la renuncia de Iglesias a estar en el Ejecutivo, ha añadido.

En todo caso, apunta que rechazaron esa oferta de julio de los socialistas porque esos sillones «no tenían capacidad» para sacar adelante políticas que cambiaran la vida de la gente. «Nos acusaron de querer sillones, pero si quisiéramos, yo podría haber sido vicepresidenta. Queremos cambiar la vida de la gente y sin capacidad de poder hacer política, pues no», ha aseverado.

Tras esto, ha acusado directamente al líder del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, de estar detrás de esa intencionalidad de revertir el avance del multipartidismo. Y ha llegado a afirmar que los viejos partidos «quieren subvertir de alguna manera la voluntad democrática» de la sociedad.

«La ciudadanía percibe que los viejos partidos se resisten a aceptar la nueva situación, y en concreto Pedro Sánchez. El problema es que a nivel estatal hay una intención, personalizada en Pedro Sánchez, de revertir esos avances hacia el multipartidismo», ha indicado.

EL PSOE DEBE REFLEXIONAR

Por este motivo, ha asegurado que el PSOE debe hacer ahora una «reflexión democrática» porque el Gobierno no es suyo dado que no tiene mayoría absoluta. Por eso, dice no entender declaraciones como las de la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, quien señalaba en una entrevista que en Unidas Podemos deben pisar la realidad de la derrota de la que venían.

Para Montero, Calvo cree que como ha ganado las elecciones, «por la gracia de Dios le da una oportunidad a Unidas Podemos de gobernar». Argumenta la número dos que si bien el PSOE debe liderar esa formación de gobierno, lo que no puede hacer es «faltar al respeto» a los 3,7 millones de votantes de su partido.

EL 24 DE JULIO

Sobre las horas clave del mes de julio en las que la coalición entre PSOE y Unidas Podemos aún era posible, Montero ha explicado que tras la primera votación del pleno del martes 23 de julio, el PSOE decidió levantarse de la mesa de negociación porque se plantaron en sus ofrecimientos y les espetaron que lo que les daban eran «lentejas».

En este punto ha negado que la última palabra para rechazar esos tres ministerios fuera suya porque en su formación este tipo de decisiones se hace de manera colegiada: «Analizamos que la propuesta era de mentira, estaba vacía de contenido».

Al hilo, ha recordado que ese 24 de julio, cuando el diálogo se fue al traste, ellos mantuvieron que seguían cerca del acuerdo y que deseaban seguir intentándolo. De hecho, ha indicado que previamente, en la votación, habían cambiado el sentido de su voto para abstenerse y demostrar que estaban por el acuerdo.

Así, señala que tras el pleno en el que se produjo la segunda votación, cuando Iglesias lanzó la última oferta desde el escaño, en Podemos creyeron que para septiembre el acuerdo aún era posible dado que se habían quedado «cerca». «Pero el PSOE nunca quiso acuerdo», ha apostillado, tras recordar que a las pocas horas los socialistas retiraron la oferta de la coalición.

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