Miles de personas se manifiestan en Argelia contra Bensalá y piden una ruptura con el sistema

Las fuerzas de seguridad usan cañones de agua y detienen a manifestantes en Argel

Bensalá defiende la vía constitucional y el Ejército dice que trabajará para «garantizar la tranquilidad»

MADRID, 9

Miles de argelinos han salido nuevamente a las calles este martes para protestar contra la designación del presidente del Senado, Abdelkader Bensalá, como presidente interino tras la dimisión la semana pasada de Abdelaziz Buteflika y reiterar su demanda de un cambio de sistema en el país africano.

Buteflika cedió finalmente a la presión tras semanas de protestas en su contra y después de perder el apoyo del Ejército y de otros aliados, y presentó su dimisión el pasado 2 de abril. El veterano mandatario, de 82 años, apenas ha aparecido en público desde que sufrió un infarto cerebral en 2013.

Bensalá ocupará el cargo durante los próximos 90 días hasta que Argelia celebre elecciones presidenciales, según lo estipulado por la Constitución, que también señala que el mandatario interino no podrá presentarse como candidato a los comicios.

Sin embargo, esta situación no ha aplacado las protestas y miles de argelinos han seguido manifestándose para reclamar un cambio de régimen para rechazar que Bensalá sea quien tome las riendas del país ahora, aunque a priori sea de forma interina.

De hecho, la noticia de la elección del nuevo presidente interino ha sido recibida al grito de «Bensalá márchate» por cientos de estudiantes concentrados en el centro de Argel, según informa el diario Tout sur l Algerie .

El diario ha señalado que los agentes han empleado cañones de agua contra las protestas en la capital y han realizado un número indeterminado de arrestos, mientras que las manifestaciones se han sucedido en numerosas provincias del país para denunciar la decisión del Parlamento.

«CONTRARREVOLUCIÓN»

En este sentido, Mustafá Buchachi, uno de los principales líderes de las movilizaciones contra Buteflika, ha condenado la acción de las fuerzas de seguridad y ha hecho un llamamiento a mantener el carácter pacífico de las protestas.

«Si hay un intento de alterar el movimiento ciudadano no debemos responder a las intimidaciones y mantenernos pacíficos. Hoy, nuestra fuerza como pueblo, con el reconocimiento de todo el mundo, es la naturaleza pacífica de las manifestaciones», ha sostenido.

«Debido a que todos los regímenes tienen medios superiores de represión de sus ciudadanos, debemos hacerles frente con pacifismo. No debemos enfrentarnos a la Policía. Seguiremos decididos y continuaremos nuestro movimiento pacífico», ha remachado.

Por su parte, el destacado abogado Mokrane Ait Larbi ha hablado de «inicio de la fase práctica de la contrarrevolución» tras la designación de Bensalá, en referencia a la denuncia de los manifestantes y opositores de un intento de lavado de cara del Gobierno con la sustitución de Buteflika sin modificar los círculos de poder de las últimas dos décadas.

El Partido de los Trabajadores ha declarado además en un comunicado que «las máscaras han caído» y ha denunciado la represión de las protestas que se suceden en la capital y otras ciudades del país «para exigir la salida del sistema en su totalidad».

LA VÍA CONSTITUCIONAL

El jefe del Ejército y viceministro de Defensa, Gaid Salá, había abogado antes de la salida del poder de Buteflika por aplicar el artículo 102 de la Carta Magna para declarar su inhabilitación por motivos de salud y dar el pistoletazo de salida al proceso de transición.

Según la Constitución, una vez declarada la «vacancia permanente» en la Presidencia –algo que ocurrió la semana pasada– el Parlamento designa al presidente del Senado, quien se encarga del periodo de 90 días previos a las elecciones.

Sin embargo, los manifestantes consideran que este no es el objetivo del inicio de las protestas, que buscaban la dimisión de Buteflika y la salida del poder de su círculo, identificado en Argelia con el establishment o Le Pouvoir (El Poder).

Por ello, la dimisión de Buteflika fue aplaudida pero fue considerada como un primer paso en el proceso de cambio, que ahora parece quedar bloqueado con el nombramiento de Bensalá.

En este sentido, el propio Buchachi dijo la semana pasada que la dimisión de Buteflika «era el principio del cambio». «Los argelinos empezaron a protestar hace seis semanas para decir que no queremos a este presidente y que no queremos este sistema», manifestó, en una entrevista a la televisión británica BBC.

Así, criticó que esta cúpula «vaya a seguir a cargo de la transición» y agregó que «los argelinos no confían en ellos» y que las manifestaciones van a continuar en el país, tal y como ha sucedido este martes.

Por su parte, Said Salhi, vicepresidente de la Liga Argelina para la Defensa de los Derechos Humanos (LADDH), ha señalado que Salá «ha dado finalmente la espalda al pueblo», antes de recalcar que «asumirá las consecuencias de ir en contra de la voluntad popular para cambiar el sistema».

«Las elecciones presidenciales que serán organizadas en 90 días por un sistema odiado por el pueblo, no serán más que un artificio para su supervivencia y continuidad. Sigamos pacíficos y sigamos nuestra marcha», ha argüido.

BENSALÁ APUESTA POR «UNA NUEVA ETAPA»

Por su parte, Bensalá ha destacado en sus primeras declaraciones tras su designación que «todo el mundo debe trabajar para garantizar las circunstancias idóneas para entrar en el próximo periodo con todas las condiciones que permitan acelerar el inicio de una nueva etapa en la vida de la nación».

Así, ha destacado que esta «nueva etapa» será una en la que «el pueblo argelino será dueño de su destino a través de la elección democrática y libre de sus líderes», según ha recogido la agencia estatal argelina de noticias, APS.

«En este contexto particular, el deber constitucional me impone asumir una pesada responsabilidad y, con la ayuda del Todopoderoso, debemos iniciar el camino para concretar todos los ambiciosos objetivos del pueblo argelino», ha argumentado.

De esta forma, Bensalá ha insistido en la necesidad de «aplicar de forma rigurosa la Constitución» y acelerar el proceso para que la población «se pronuncie y decida soberanamente su elección de presidente electo para dirigir el país».

Salá ha realizado además declaraciones durante una visita de campo en la que no se ha pronunciado sobre la designación de Bensalá ni las manifestaciones. Sin embargo, ha recalcado que el Ejército seguirá trabajando para «garantizar la tranquilidad total» del pueblo argelino.

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