Microbiólogo del CNB-CSIC subraya la necesidad del diagnóstico precoz para atajar las resistencias a los antibióticos
El microbiólogo del CNB-Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, José Luis Martínez, no cree que el mundose vaya a quedar sin antibióticos en un futuro cercano por las resistencias bacterianas, pero subraya la necesidad de contar con sistemas de diagnóstico rápido para atajar las resistencias a los antibióticos.
Su grupo de investigación trabaja para conocer los mecanismos de evolución de las bacterias, que gracias a las mutaciones desarrollan resistencia a los antibióticos. Actualmente, se fijan en las bacterias oportunistas (aquellas que se ceban con personas debilitadas, ya sea debido a que se hallan inmunodeprimidas o a que han sufrido operaciones) y considera que será posible predecir las mutaciones de resistencia de las bacterias.
A su juicio se trata de un problema importante ya que el «aumento de prevalencia compromete sin duda el tratamiento, así como la realización de diferentes prácticas médicas, como los trasplantes, que requieren la administración de antibióticos para prevenir infección».
Destaca que ha habido un parón en el desarrollo de estos medicamentos. Sin embargo, «ahora empiezan a surgir algunos antibióticos nuevos y, sobre todo, empiezan a aparecer compuestos que inhiben la resistencia a estos. Un ejemplo de esto último que funciona desde hace décadas es el fármaco augmentine, que incluye amoxicilina junto con un inhibidor de los mecanismos de resistencia a ese antibiótico», añade.
El hecho de que los antibióticos son fármacos baratos es un motivo de este parón en su producción, por lo que apuesta por colaboraciones público-privadas y, aunque una parte del capital lo pongan las agencias públicas, quien decide si se continúa con el desarrollo de un antibiótico o no es la industria farmacéutica.
Por otro lado, explica que los sistemas de detección de resistencia todavía requieren de un cierto tiempo. «No hay sistemas buenos para identificar una bacteria resistente a las dos horas de haber detectado la infección, por ejemplo, y con ello poder cambiar el tratamiento a un antibiótico más eficaz. Y en ese lapso pues hay gente que se te escapa. Además, los fármacos se administran en base al tipo de infección y no del patógeno en sí. Con lo cual, sistemas de diagnóstico muy rápidos serían esenciales para atajar la resistencia a los antibióticos», señala.
Qué otras medidas se pueden tomar frente al problema de la resistencia a los antibióticos?
Respecto a qué medidas se pueden tomar de cara al futuro, lamenta que casi todas las acciones se hayan enfocado en reducir el uso de antibióticos en base a la idea de que si se usan mal aparecerán más resistencias. «Pero, aunque se usen bien, estas van a aparecer porque es un proceso evolutivo. También hay que tener en cuenta que en el problema de resistencia de antibióticos hay dos elementos. Uno es la selección, el primer momento en que una bacteria se origina como resistente, que tiene lugar al administrar el tratamiento. Y luego está la transmisión de esa bacteria, donde el antibiótico puede tener un papel o no», advierte.
Por eso hay que tener en cuenta que la transmisión puede ocurrir a través de distintos individuos, de ecosistemas, del agua, de los animales. «Aquí las intervenciones girarían en torno al tratamiento de aguas, evitar contacto interpersonal, o trazar muy pronto qué bacterias o qué genes se están transmitiendo», concluye.