Medicusmundi califica de «arrogante desigualdad e inequidad» el plantear una tercera dosis de la vacuna
Medicusmundi ha calificado de «arrogante desigualdad e inequidad» el planteamiento de los países de ingresos altos de inyectar una tercera dosis de la vacuna, teniendo en cuenta que, en el continente africano, los porcentajes de vacunación oscilan actualmente entre el 0,05 y el 7 por ciento.
«Parece aberrante dirigir la atención a un pequeño grupo poblacional con un riesgo real muy bajo de enfermar, mientras en el otro lado del mundo todavía existen grupos poblacionales con un riesgo 100 veces mayor por su edad y/o exposición como el personal sanitario sin acceso a la vacuna», sostienen. «El 95 por cieto de la población necesita estar vacunada cuanto antes para tratar de frenar en seco una transmisión vertiginosa por la enorme transmisibilidad de las últimas variantes», advierten, en referencia a la aparición de las variantes alfa y delta.
En este sentido, recuerdan que, mientras el virus siga infectando a millones de personas en el mundo, sigue teniendo oportunidades de mejorar la eficacia de su adaptación al huésped humano, facilitando así la gestación de mutaciones mejoradas y (calificadas por la OMS de interés). «Y estas variantes, además, serán avivadas tanto por la presión de la densidad poblacional como por el precario nivel de la infraestructura de salud pública», avisan desde Medicusmundi.
«Las vacunas son y van a ser indispensables para dirigirnos al final de la pandemia, pero el hecho de estar vacunados no nos hará invulnerables a nuevos virus o variantes», afirman, para recordar que «la única opción es reducir la incidencia el máximo posible, no solo por lo que supone de sobrecarga sobre los sistemas sanitarios y/o el aumento de mortalidad, sino porque las probabilidades de mutación aumentan exponencialmente al compás de la velocidad de transmisión y el volumen de infecciones», explican. En este sentido, también abogan por la eliminación de patentes y la cesión de tecnologías para que se fabriquen muchas más vacunas en países que no sean ricos.
Por ello, inciden en que «no se puede hablar solo de conseguir un nivel óptimo de protección a nivel individual, sino colectiva, y se debe englobar a todo el planeta». En este sentido, apostillan que «lograr una cobertura universal no es tan solo una cuestión de justicia y de equidad, sino de inteligencia y supervivencia global».



