Médicos internistas lanzan un nuevo consenso de actualización del tratamiento dietético en diabetes
Médicos internistas presentarán, en el marco del 42º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que se celebra del 24 al 26 de noviembre en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Galicia, en Santiago de Compostela (A Coruña), una actualización en el tratamiento dietético de la prediabetes y la diabetes mellitus 2.
Estos nuevos consejos dietéticos, elaborados por SEMI junto a la Sociedad Española de Diabetes (SED) y la Sociedad Española de Arterioesclerosis (SEA), detallan las modificaciones en la dieta que deben seguir las personas afectadas por ambas condiciones clínicas, basadas en las últimas evidencias científicas. El documento está destinado a profesionales para que lo utilicen en las consultas con estos pacientes.
La prediabetes y la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) son patologías cuyo creciente incremento en la población se ha convertido en un serio problema de salud pública en todo el mundo. Actualmente, el 13,8 por ciento de la población española padece DM2, pero, de las personas afectadas, solo el 7,8 por ciento están diagnosticadas.
Cada año se diagnostican 11,6 casos por 100.000 habitantes, lo que supone 385.000 nuevos casos de DM2. El 23 por ciento de la población española padece obesidad (el 60 por ciento obesidad abdominal) y el 80 por ciento de las personas con DM2 tienen sobrepeso u obesidad y se sabe que la obesidad, sobre todo la obesidad abdominal, es el principal factor determinante de la aparición de la DM2 (diabesidad).
El 50 por ciento de las personas con diabetes tipo 2 que ingresan en los hospitales españoles lo hace por una enfermedad cardiovascular (infarto, ictus, insuficiencia cardiaca o una enfermedad arterial periférica), según datos aportados por la doctora Juana Carretero, vicepresidenta primera de la SEMI y miembro del Grupo de Trabajo de Diabetes, Obesidad y Nutrición de la SEMI.
Desde el punto de vista clínico, el control de estas alteraciones metabólicas incide directamente en la morbimortalidad cardiovascular, lo que obliga a plantear estrategias eficaces de prevención y tratamiento. «Los cambios en el estilo de vida están íntimamente relacionados con la modificación o reducción de los factores de riesgo cardiovascular asociados a la preDM/DM2, fundamentalmente la hipertensión arterial, la dislipemia y la obesidad. Estos cambios del estilo de vida deben basarse en la realización de ejercicio físico de forma habitual, un patrón de dieta saludable, no fumar y mantener una buena higiene del sueño», detalla la experta.
La doctora Carretero añade que «la base de este beneficio, aparte de la composición de la dieta, está en el mantenimiento de un peso saludable en caso de normopeso o en promover la perdida ponderal en caso de sobrepeso/obesidad». «Pérdidas en torno a 5-10 por ciento del peso basal asocian mejoría en el control glucémico o cifras de presión arterial. Con pérdidas de peso superiores al 15 por ciento de peso basal podemos incluso hablar de remisión de la diabetes tipo 2», agrega al respecto.
El doctor Vicente Pascual, médico de familia (Centro de Salud Palleter de Castellón), expone que «dado el elevado riesgo cardiovascular que presentan las personas con diabetes tipo 2 y prediabetes, se debe evaluar el riesgo cardiovascular (RCV) global con el objetivo de realizar un tratamiento lo más precoz y personalizado posible».
«Además, se debe mejorar la calidad nutricional de su alimentación, sustituyendo los alimentos con mayor efecto diabetogénico y aterogénico, por otros de efecto más saludable. Se recomienda consumir legumbres, cereales integrales, frutos secos, verduras y frutas (alimentos de mayor riqueza en hidratos de carbono (HC) complejos y fibra dietética); reducir la ingesta de sal; y evitar el consumo de productos con azúcar añadido u otros alimentos refinados o procesados», apunta el doctor.
Pascual subraya que «cabe destacar que las nuevas evidencias en el campo de la nutrición hacen hincapié no en el consumo de nutrientes sino en el de alimentos, y sobre todo en el de patrones alimentarios». «Esta aproximación es especialmente válida en las personas con prediabetes o DM2, dado que no existen evidencias del porcentaje ideal de calorías que deben proceder de HC, grasas o proteínas. En cambio, hay una sólida evidencia de que los patrones alimentarios de base vegetal, bajos en ácidos grasos saturados, colesterol y sodio, con un alto contenido en fibra, potasio y ácidos grasos insaturados, son beneficiosos y reducen la expresión de los factores de riesgo cardiovascular en estos sujetos. En este contexto destaca especialmente la dieta mediterránea», resalta.
En el documento que se presenta en el congreso de SEMI se ha realizado una revisión actualizada que aporta evidencias útiles y recomendaciones jerarquizadas por niveles, utilizando las evidencias de los ensayos clínicos, estudios observacionales sobre evidencias clínicas o marcadores subrogados y consensos de expertos.
También incluye aspectos novedosos relacionados como la necesidad urgente de adoptar un modelo de alimentación sostenible, que sea saludable para la población humana y también para el propio planeta.
El doctor Pablo Pérez-Martínez, coordinador de investigación de SEMI, especialista en Medicina Interna del Hospital Reina Sofía de Córdoba, director científico del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) y catedrático de Medicina de la Universidad de Córdoba, señala que «en la actualidad existe una sólida evidencia de que los patrones alimentarios de base vegetal, fundamentalmente la dieta mediterránea, la dieta vegano vegetariana, la dieta DASH (baja en sal y rica en frutas) y la dieta baja en hidratos de carbono, constituyen la base sustantiva del tratamiento para mejorar el control de los factores de riesgo y reducir la elevada morbimortalidad cardiovascular los pacientes con diabetes».
Y, respecto al futuro, avanza que «en los últimos años se está planteando la necesidad urgente de transformar el sistema alimentario, adoptando un nuevo modelo que, además del concepto tradicional de que sea saludable para la población humana, también lo sea para el propio planeta».
«En este sentido, en línea con las recomendaciones de múltiples corporaciones y avalado científicamente por la Lancet Comission, se ha propuesto un modelo de Alimentación Saludable Planetaria capaz de preservar el ecosistema planetario y reducir las enfermedades no transmisibles, entre ellas la DM2», ha detallado.