Médicos internistas destacan el potencial de la IA unida a la experiencia clínica humana
El doctor Ramón Puchades, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario La Paz de Madrid, ha destacado el potencial de la Inteligencia Artificial (IA) aplicada a esta especialidad junto con el complemento de la experiencia clínica humana, pues en su jornada laboral se extraen y manejan una gran cantidad de datos de los pacientes, en el marco del 45 Congreso Nacional de Medicina Interna – 19 Congreso de la Sociedad Canaria de Medicina Interna.
«La IA generativa es una rama de la inteligencia artificial que utiliza modelos de lenguaje avanzados para crear contenido nuevo, ya sea texto, imágenes, o datos clínicos. En medicina, tiene un enorme potencial y diversas aplicaciones en la práctica clínica, la docencia, la investigación y la gestión sanitaria», ha destacado Puchades, que también ejerce como coordinador del grupo de Medicina Digital de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
Esta aplicación tiene «el potencial» de mejorar el diagnóstico, personalizar tratamientos y optimizar la toma de decisiones en tiempo real», de «acelerar el descubrimiento de fármacos, analizar grandes volúmenes de datos y generar hipótesis novedosas», de facilitar la formación médica «a través de simulaciones interactivas y generación automática de contenido educativo», y de contribuir a la «optimización de procesos, la predicción de demandas de recursos y la mejora de la eficiencia en los sistemas de salud».
«Es crucial recordar que el éxito de la IA depende de la colaboración estrecha entre profesionales de la salud y de otros campos (ingenieros, informáticos, científicos de datos…), para asegurarse de que se mejora la atención al paciente y que los avances en tecnología se utilicen para mejorar su calidad de vida y no solo para optimizar procesos, acorde a la base humanista y la evidencia científica que deben guiar el ejercicio de la medicina», ha dicho Puchades, según un comunicado del congreso.
Por su parte, el doctor Alberto Zamora Cervantes, de la Unidad de Innovación-Investigación de la Corporación de Salud de Maresme y la Selva, ha explicado que la IA discriminativa, que se centra en la clasificación y predicción basada en los datos de entrada, tiene numerosas aplicaciones, como la predicción de eventos adversos cardiovasculares y complicaciones postoperatorias en pacientes.
«La IA debería complementarse con la experiencia clínica humana y no reemplazarla, para asegurar un enfoque integral y humano en el cuidado del paciente. El objetivo último es mejorar la atención a los ciudadanos, dotando de más valor nuestra atención y ganando tiempo para un trato más humano. La IA no va a sustituir a los profesionales de la salud, pero sí a aquellos que no la usen», ha afirmado Zamora.
Otras de las ventajas que puede tener es en el campo de la monitorización de enfermedades crónicas, lo que puede llevar a una «nueva forma de vigilancia epidemiológica», y en la detección de fenotipos sugestivos de sufrir determinadas enfermedades, incluidas en las infradiagnosticadas o las minoritarias.
A pesar de ello, los dos expertos han recordado que los retos del futuro de la IA pasan por mejorar la transparencia de los datos, pues estos sistemas a suelen ser opacos, provocando resultados «no fiables», y hacer que los datos sean más interpretables y comprensibles por parte de los sanitarios, de forma que se genere confianza en su uso.
Además, se deben integrar los sistemas de salud y flujos de trabajo existentes sin interrumpir la práctica clínica, asegurar la calidad y equidad de los datos, y cumplir con la normativa y la ética.
«Debemos exigir una IA robusta, ética, confiable cuyo objetivo último sea mejorar los resultados en salud, la experiencia de los pacientes y profesionales y ayudar a la sostenibilidad del sistema siempre bajo la supervisión de los profesionales», han reclamado.
De igual modo, han coincidido en que los profesionales sanitarios deben adquirir competencias en IA, pues el avance en este campo «va a ayudar a hacer una medicina más preventiva, predictiva, participativa, personalizada y poblacional».
BIG DATA Y MEDICINA
En el mismo congreso se ha producido otro encuentro respecto al BIG DATA, en el que los especialistas han debatido sobre los retos que incluyen la mejora de la calidad de los datos de la especialidad, mejorar los algoritmos y su precisión, y «refinar el escenario ético-legal», tal y como ha resumido el doctor José Carlos Arévalo Lorido, del Servicio de Medicina Interna del Complejo Hospitalario Universitario de Badajoz.
El doctor Pedro Abad Requejo, del Servicio de Medicina Interna del Hospital del Oriente de Asturias y responsable funcional de la Historia Clínica Electrónica SELENE, ha aseverado que la IA y el BIG DATA son aplicables a la Medicina Interna a pesar de que no es una de «las especialidades más innovadoras».
Sin embargo, ha afirmado que se trata de la especialidad que más datos clínicos recopila, y que son «verdaderos expertos en la anamnesis y la exploración física, es decir, en extraer la información de nuestros pacientes y convertirla en datos».
«El reto está en transmitir estos datos a nuestros sistemas para luego poder usarlos con la IA sin perder fiabilidad ni precisión. Tenemos un potencial enorme en este campo y en el uso de estas herramientas», ha añadido.
Por último, ha expresado que ambas herramientas deben estar a la disposición de los sanitarios «exactamente igual que el fonendoscopio, el ecógrafo, el uso de PubBMed», entre otras que se usan a diario.