Médicos de Familia alertan de que se enfrentan al reto del COVID persistente y crónico a edades más tempranas
La Atención Primaria se enfrenta ahora al reto de atender la sintomatología persistente de pacientes COVID-19 que no necesitaron acudir al hospital y van a seguir siendo subsidiarios del primer nivel asistencial; además de la patología crónica, que ahora está apareciendo en edades más tempranas, en algunos pacientes que se contagiaron por coronavirus, según el portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Lorenzo Armenteros.
Durante su intervención el II Simposio del Observatorio de la Sanidad organizado por el diario El Español, donde participó para hablar de Los efectos secundarios, enfermedades y secuelas en pacientes que han sido afectados por la COVID-19 , ha señalado que «es un reto afrontable».
«Estamos en un momento que tenemos este gran grupo de enfermos y de trabajo generado, y en el que además debemos mantener todo lo que un paciente necesita de su médico de familia: el seguimiento de su hipertensión, de su diabetes, de su patología artrósica, etc. y cualquier enfermedad que tuviera antes de la pandemia», ha añadido.
Según Armenteros, reiteró que es necesaria toda la reivindicación que se ha hecho del primer nivel asistencial. La Atención Primaria «está muy preparada y especializada en este país, y podrá, con los medios adecuados, afrontar este reto, si verdaderamente se pone voluntad política en que se quiera dar esta calidad asistencial de los pacientes, que son los que lo merecen».
El portavoz de la SEMG ha recordado que la Atención Primaria ha tenido como papel fundamental en esta enfermedad. «España ha tenido cinco millones de pacientes COVID-19, de ellos, el 10% han sido hospitalizados. Los cuatro millones y medio restantes han sido seguidos, diagnosticados, cribados en fases iniciales, cuando no se realizaban si quiera las pruebas PCR desde el primer nivel, y en momentos de un grandísimo temor de ir a hospital. En ese sentido, lo hemos solventado a través del tiempo y hemos trabajado la cronicidad», ha añadido.
En este contexto, aparecen en las consultas pacientes cuya persistencia de los síntomas COVID-19 va mucho más allá de la fase aguda, el denominado COVID persistente, internacionalmente, como Long COVID. Una patología que, tal y como lo ha comprobado la SEMG en sus estudios, es más frecuente en mujeres, en una edad media de la vida y que afecta «de una forma muy importante a todas sus facetas: desde la laboral, la social, la personal y la familiar, impidiendo en muchos casos reincorporarse de una forma correcta a su trabajo y vida familiar».
Esta enfermedad, más habitual en mujeres, no está exenta de que pueda afectar a hombres, incluso a jóvenes y a niños. «Es muy probable que, después de esta quinta ola, que afectó a edades más tempranas, tengamos también una COVID persistente en esta franja de edad», advirtió Armenteros. Esta sintomatología persistente es de muchos tipos.
«Hemos llegado a detectar más de 200 síntomas», siendo los más habituales y frecuentes la sintomatología respiratoria, neurológica (cefalea, déficit de atención y memoria), la afectación olfativa y del gusto, el cansancio extremo (astenia) y afectaciones osteomusculares.
Y otro gran grupo de enfermos a los que se tendrá que enfrentar la Atención Primaria sería el que describe un estudio publicado en la revista Nature, realizado en el mes de abril entre 73.000 personas, que detectó una mayor tendencia a la cronicidad en edades más tempranas de la vida tras haber pasado la COVID-19.
Es decir, la «aparición de nuevas enfermedades que no corresponden a la edad biológica de estos pacientes, incluidas la diabetes, la hipertensión o trastornos neurocognitivos inadecuados para la edad que tienen estos pacientes, pero que aparecen de una forma muy temprana», concluye.