Mazón defiende los trasvases como «ejemplo de ecologismo real» y ve irrenunciable llegar a acuerdos sobre el agua
VALÈNCIA, 24
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha defendido «la cultura del trasvase de recursos hídricos como ejemplo de ecologismo real, vida, sostenibilidad y futuro». Por eso ha insistido en la necesidad de que el agua sea «uno de los elementos irrenunciables de un pacto de todas las fuerzas políticas para avanzar en unos acuerdos comunes, al margen de otras discrepancias», como propuso esta semana en Les Corts.
Así se ha pronunciado en la clausura del II Encuentro Internacional Renowagro, celebrado en el Palau de les Arts bajo el título Recursos renovables para la sostenibilidad del sector agroalimentario, con la participación de un millar de personas entre productores, investigadores, distribuidores, estudiantes y agricultores, informa la Generalitat.
En su discurso, Mazón ha mostrado su preocupación por «las presiones que sufre el sector agrario, al ser cuestionado permanentemente y apuntado como enemigos del medio ambiente». Por tanto, ve «esencial» continuar apostando por la eficiencia en el uso del agua, «como siempre se ha hecho, fruto de la necesidad», y por el desarrollo más sostenible de la actividad agraria para garantizar su futuro.
Según ha defendido, la actividad agraria «no puede acabar siendo una parte residual de nuestra actividad económica», ya que ha destacado su contribución para evitar la desertificación, luchar contra el cambio climático y evitar incendios.
También ha exigido la reciprocidad de las exigencias europeas entre productos valencianos y los procedentes de otros países y ha abogado por la estrategia de «impuestos cero al campo» y la eliminación de la fiscalidad a la sucesión, propiciando el relevo generacional, así como por un uso equilibrado de los fertilizantes, impulsando también el uso de tratamientos biológicos, y la renovación de la legislación de las estructuras agrarias para mejorar la competitividad del campo.
En esta línea, el jefe del Consell ha apostado por propiciar un equilibrio en el uso del territorio que permita mantener actividades económicas como la agricultura, la industria, el comercio y aquellas «punteras en la economía del conocimiento».
«Un territorio que permite un uso inteligente de los espacios acredita una sociedad inteligente», ha dicho. Y por eso ha insistido en defender «una nueva consideración del territorio, equilibrada e integral», frente a cuando según él «se demonizaba el ladrillo, se ponían trabas a la ampliación del Puerto, se consideraba el litoral como un espacio intocable y se asumía la desatención de nuestro déficit hídrico en el campo».
