Marruecos dice que no chantajea y pide a España «aclaraciones» y que decida qué relación quiere
El ministro de Exteriores denuncia la «hostilidad mediática inédita» y asegura que Marruecos «no tiene complejos»
El ministro de Exteriores marroquí, Naser Bourita, ha defendido este jueves que Marruecos no está chantajeando a España y ha reclamado al Gobierno español «aclaraciones» por la acogida del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y que decida el tipo de relación que quiere con el reino alauí.
«Marruecos seguirá reclamando aclaraciones y seguirá considerando que este es el fondo de la crisis», ha recalcado en declaraciones a la agencia oficial MAP en referencia a la presencia de Ghali en España para recibir tratamiento médico por COVID-19, sosteniendo que el argumento humanitario esgrimido por el Gobierno español «no engaña a nadie».
Según Bourita, el Ejecutivo español ha intentado en los últimos días desviar la atención de la opinión pública y ha llevado a cabo maniobras para ocultar el verdadero motivo de la crisis con Marruecos, afeando que con ello se esté intentando convertir en responsables de la crisis a sus víctimas.
Así, una vez más ha criticado que España acogiera a Ghali, enemigo de Marruecos, sin avisar por adelantado a Rabat lo cual genera dudas respecto a su relación de buena vecindad.
PIDE AL GOBIERNO QUE ASUMA SU ACTITUD
En este sentido, ha pedido a las autoridades españolas que sean «transparentes con su propia opinión pública y sus propias fuerzas vivas» y que asuman «sus graves actitudes», evitando también el «doble lenguaje».
«Marruecos no procede a chantaje, Marruecos es claro respecto a sus posiciones, sus acciones y su actitud», ha reivindicado Bourita, en una clara réplica a las palabras de la ministra de Defensa española, Margarita Robles.
«No vamos a aceptar chantajes, la integridad de España no es negociable ni está en juego y vamos a usar todos medios necesarios para garantizar la integridad territorial y vigilar las fronteras», ha dicho contundente Robles en una entrevista en RNE.
El jefe de la diplomacia marroquí también se ha mostrado muy crítico con la prensa española, denunciando la «hostilidad mediática inédita». «Estamos asistiendo a una instrumentalización y una movilización de todos los medios con términos chocantes e inaceptables que vienen en ocasiones de altos responsables», ha lamentado.
En su opinión, los términos utilizados en esta campaña como «chantaje», «agresión» o «país subdesarrollado» demuestran que «en algunos entornos en España se debe actualizar su conocimiento sobre Marruecos».
EL MARRUECOS ACTUAL NO ES EL DE AYER
«El Marruecos de hoy en día no es el Marruecos de ayer. Marruecos no tiene complejos», ha afirmado rotundo, sosteniendo que si alguien tiene complejo es España a tenor de la agresividad de los medios en los últimos días.
Algunos en España, ha proseguido, no consiguen aceptar que Marruecos ha preservado su estabilidad y garantizado su progreso económico y su desarrollo social mediante las reformas que ha llevado a cabo el rey Mohamed VI, por lo que hay un «desfase entre el Marruecos del imaginario español y el Marruecos real».
«Ha llegado el momento de aclarar todo esto y de que España defina lo que quiere de este partenariado», ha remachado Bourita, en las que son sus primeras declaraciones desde la llamada a consultas de la embajadora en España, Karima Benyaich, el martes.
Desde el Gobierno español se ha intentado en los últimos días no entrar en una escalada de declaraciones, pese a los sucesos vividos el lunes y el martes en Ceuta, con la entrada de más de 8.000 migrantes ante la pasividad de las fuerzas de seguridad marroquíes.
Así, se ha evitado criticar a las autoridades marroquíes, atribuyendo la entrada masiva a diversas circunstancias, si bien la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, sí que trasladó a la embajadora marroquí el «disgusto» del Gobierno. La diplomática fue convocada a Exteriores el martes, horas antes de que su país la llamara a consultas.
Rabat, por su parte, ha dejado claro a lo largo del día que sigue sin dar por cerrada la crisis a la que pone nombre: Brahim Ghali. Así lo ha expuesto un alto cargo diplomático al portal le360.ma, considerado como próximo al Palacio de Mohamed VI.
«La crisis entre Marruecos y España tiene por nombre Brahim Ghali y no Ceuta», ha resumido, defendiendo que Rabat no ha actuado «por emoción, sino sobre la base de hechos tangibles que ponen en cruda prueba la asociación estratégica entre los dos países».
«Seguimos sin haber recibido explicación ni justificación de España», ha insistido este alto cargo, pese a que ya la semana pasada González Laya dijo que se habían dado las «explicaciones oportunas» al Gobierno marroquí y se ha defendido en todo momento que Ghali fue acogido por razones estrictamente humanitarias.
«El paréntesis migratorio no es el tema, es un ingrediente para recordar la importancia de la vecindad estratégica entre Marruecos y España», ha puntualizado el alto cargo diplomático, subrayando que el reino sigue a la espera de una «respuesta jurídica» en relación con Ghali, contra el que hay causas pendientes ante la Justicia española.
«El tiempo en el que se podía resolver una crisis con Marruecos con palmaditas en la espalda amistosas es cosa del pasado», ha advertido el responsable marroquí. «Marruecos espera de España actos», ha zanjado.