Manifestantes bloquean carreteras ante un nuevo desplome de la moneda local en medio de la crisis económica

Grupos de manifestantes han bloqueado durante la jornada varias carreteras de Líbano en una serie de protestas a causa de un nuevo desplome de la libra libanesa y el agravamiento de la crisis económica en la que lleva sumido meses el país asiático.

El Ejército ha logrado reabrir la autovía de Jiye, que conecta la capital, Beirut, con el sur del país, tras lograr retirar decenas de vehículos que habían sido aparcados para bloquear la ruta, una de las más importantes del país.

Los manifestantes habían empleado camiones para bloquear la carretera e instalado barricadas, algunas de ellas con neumáticos ardiendo, para dificultar las labores de las autoridades, según ha informado el portal libanés de noticias Naharnet.

Asimismo, los manifestantes han bloqueado la carretera que conecta Trípoli y Akkar, así como la que enlaza Beirut con El Mina, en protesta por los precios del dólar en el mercado negro a pesar de los esfuerzos del Banco Central y el deterioro de las condiciones de vida.

Las protestas han tenido lugar un día después de que el presidente libanés, Michel Aoun, alertara de la «atmósfera de guerra civil» existente en el país y criticara los «tintes sectarios y confesionales» de las protestas, en una reunión de «unión nacional» que fue boicoteada por la oposición.

En este sentido, arguyó que «parece obvio que algunos están intentando usar el enfado y las demandas legítimas de la gente para incitar la violencia y el caos con el objetivo de satisfacer agendas externas sospechosas y obtener beneficios políticos para partidos internos».

Aoun hizo hincapié además de la necesidad de mostrar unidad ante los «desafíos vitales» a los que hace frente el país, incluidas las «turbulencias regionales», entre las que apuntó a la reciente aplicación de Estados Unidos de nuevas sanciones contra Siria en el marco de la Ley César .

El paquete afecta directamente al presidente sirio, Bashar al Assad, y a personas vinculadas con su Gobierno, así como a las empresas que participen en negocios con Damasco, incluidos los sectores de la construcción y la energía, lo que tendrá un impacto de envergadura sobre la economía libanesa.

El Gobierno libanés, encabezado por el primer ministro, Hasán Diab, se ha visto sometido a importantes presiones a causa de la crisis económica y social que atraviesa el país desde hace meses, ahondada por la pandemia de coronavirus.

Líbano está experimentando su peor crisis económica desde la guerra civil de 1975-90. En marzo, el país anunció la suspensión de pagos de eurobonos para salvaguardar las reservas de divisas imprescindibles para cubrir las importaciones básicas.

Diab ha hecho un llamamiento a Estados Unidos y a la Unión Europea para crear un fondo de emergencias para ayudar a que Oriente Próximo no sufra una grave crisis alimentaria, ya que, de lo contrario, el hambre podría provocar nuevos flujos de migrantes con destino a Europa y una mayor desestabilización en la región.

Asimismo, su Ejecutivo ha iniciado ya contactos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para un plan de rescate económico. Es la primera ocasión en que Líbano pide ayuda financiera al organismo y se prevé que el paquete de rescate incluya unas estrictas condiciones.

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