Malta ve una buena solución que el Open Arms desembarque en Palermo y dice que no puede aceptar más inmigrantes

El ministro de Exteriores cree que hay que plantearse si los buques de ONG deben desembarcar donde están o en el país de su bandera

El ministro de Asuntos Exteriores de Malta, Evarist Bartolo, considera «una buena solución» que el barco de la ONG española Open Arms, que ha rescatado a 270 inmigrantes en el Mediterráneo, desembarque en Palermo (Italia): «Ahora no estamos en una posición que nos permita aceptar a más personas».

En rueda de prensa junto a su colega española, Arancha González Laya, con la que se ha reunido en Madrid, Bartolo ha afirmado que, tras haber recibido a 2.400 inmigrantes este año, Malta tiene los «centros de acogida hacinados» y no tiene «dónde ubicar a estas personas».

«No podemos acoger a nadie más, a lo mejor 2.400 no parece un número muy elevado, pero para nosotros es enorme», ha dicho. Malta, ha afirmado, tiene una extensión de 216 kilómetros cuadrados, de manera que España tiene una extensión 1.600 veces mayor.

Además, ha recalcado que en los últimos 15 años el porcentaje de reubicación de inmigrantes ilegales desde Malta a otros países de la UE ha sido de solo un ocho por ciento. «Estamos muy agradecidos a España, a Francia y a Alemania, pero es solo un ocho por ciento, Obama acogió el doble, un 16 por ciento», ha dicho recordando a la anterior administración de EEUU.

En la misma línea, ha recordado que caso del carguero Etienne de la naviera danesa Maersk, que desembarcó en Sicilia (Italia) después de 38 días en el mar con 27 inmigrantes a bordo. «Nadie quería acogerlos, tenían que volver a Túnez y no los quiso aceptar y Dinamarca tampoco, decía que 27 eran muchos, no 27.000, 27», ha denunciado.

Bartolo ha dicho ver bien que las ONG salven vidas, pero ha apuntado que uno de los problemas pendientes es decidir qué se hace con este tipo de buques, si se les debe permitir que desembarquen en el puerto más cercano «o tiene que ser responsabilidad de la nación del pabellón que enarbolan».

Con todo, el buque de Maersk no era de una ONG y Bartolo ha señalado que la migración ilegal por el Mediterráneo empieza a ser un problema para la industria marítima y turística, ya que «los buques se plantean si acercarse a Malta, porque se les pide que ayuden y rescaten».

Según ha dicho, el trabajo de Malta con Turquía y con Libia ha permitido interceptar unas 3.700 llegadas. Con 5.000 inmigrantes, ha dicho, Malta sería el país de la UE con más inmigración en relación a su extensión y también a su población.

ESPAÑA QUIERE SOLIDARIDAD

También González Laya ha insistido en la necesidad de «solidaridad», argumentando que el Gobierno es «progresista y la solidaridad es un concepto base que ancla la política migratoria» y también que España también es país de primera entrada y que quiere que toda la UE se sienta «concernida por la respuesta».

Según ha dicho, en los últimos meses España ha trabajado con otros países europeos, entre ellos los mediterráneos y Alemania, para que la propuesta que la Comisión Europea presentará el día 30 refleje las prioridades españolas.

Por su parte, el ministro maltés ha incidido en que la reforma de la política migratoria que prepara la UE no debe centrarse solo en la distribución de los migrantes que llegan a territorio europeo sino «abordar la raíz del problema» y llegar a acuerdos con países africanos para poner en marcha un «comercio justo que genere empleo y riqueza y los jóvenes no tengan que morirse en el Sáhara o en el Mediterráneo».

«No podemos seguir sacándoles recursos y juventud y esperar que tengan recursos para salir adelante», ha advertido. También ha apostado por ayudar a los países de tránsito como Túnez, Libia, Marruecos o Argelia y ha recalcado que los inmigrantes ilegales, los que no tengan derecho de asilo, tienen que volver a sus países. A su juicio, la UE puede aprender de la experiencia española con Marruecos para crear «canales de inmigración legal y salario digno».

Además, ha advertido de que la pandemia de Covid-19 empeorará la situación en África, empujando a hasta 27 millones de personas a la extrema pobreza y por tanto creando «más presión para irse soñando con una vida mejor en otro sitio».

LA SITUACIÓN EMPEORARÁ CON LA PANDEMIA

Una vida mejor, ha proseguido, cada vez más difícil de conseguir porque en los países de tránsito también están sufriendo el impacto económico de la crisis, igual que Europa. «La situación se va a poner peor», ha dicho.

En esta situación, los dos ministros han coincidido en que la UE debe reforzar su política de vecindad sur con los países de la otra orilla del Mediterráneo. González Laya ha confirmado la intención del Gobierno español de organizar una reunión ministerial con los países de la Unión por el Mediterráneo (UpM) el 26 de noviembre, la víspera del 25 aniversario del Proceso de Barcelona, antecesor de la UpM.

«Haremos más para demostrar que la seguridad en Europa solo se consigue si hay seguridad en el Mediterráneo, y eso solo se conseguirá si sus vecinos son estables», ha resumido Bartolo.

Los dos ministros han aprovechado para firmar un memorando de cooperación académica entre la Escuela Diplomática española y la Academia Mediterránea de Estudios Diplomáticos de Malta..

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