Malí, Burkina Faso y Níger ultiman en Niamey la Confederación de la Alianza de Estados del Sahel
Los ministros de Exteriores terminan de perfilar una estructura política que ampliará la actual coalición defensiva de los tres países
Los ministros de Exteriores de Malí, Burkina Faso y Níger han «ultimado» este pasado viernes en la capital nigerina, Niamey, el proyecto de texto sobre la Confederación de la Alianza de Estados del Sahel, una expansión política de la actual coalición militar que forman estos tres países, dominados todos por juntas militares golpistas y que funcionan al margen de los organismos panafricanos.
Este proyecto, ha anunciado el Ministerio de Exteriores maliense, será «en las próximas semanas» por los líderes militares de estos tres países: el coronel maliense Assimi Goita, el capitán burkinés Ibrahim Traoré y el general nigerino Abdouramane Tchiani.
Tras encuentros previos de responsables de Economía, los ministros han anunciado así la puesta en marcha de «un proceso destinado a ampliar los ámbitos de competencia de la Alianza de Estados del Sahel», la mencionada coalición militar, con vistas a «la creación de una confederación».
El Ministerio de Exteriores maliense recuerda que este encuentro envía «el contundente mensaje» de que la actual alianza entre estos tres países «sigue moviéndose» y que la población que forma parte de esta futura confederación «apoya inequívocamente» a sus líderes «frente a las amenazas de desestabilización a las que están sujetos sus países».
Este mismo sábado, cabe recordar, ha terminado en Malí la misión de entrenamiento de la Unión Europea (EUTM Mali) después de once años en los que más de 8.300 militares españoles, con cuatro generales españoles al mando, han contribuido a instruir a más de 20.000 miembros de las Fuerzas Armadas malienses.
La Unión Europea decidió no extender el mandato de la EUTM Mali debido a los continuos encontronazos con la junta militar que detenta el poder en Malí desde 2020. Estos choques culminaron con la salida de las tropas francesas que combatían a grupos yihadistas en el norte y con la autorización de las autoridades a la entidad paramilitar rusa Grupo Wagner para operar en el país.