Lula propone la celebración de una conferencia internacional para definir una gobernanza «global» y «justa»

Dice que «jamás» imaginó que Brasil fuera a tener como presidente «a una persona tan grotesca» como Bolsonaro

Zapatero asegura que «el resurgir de Lula va a ser el resurgir de Brasil»

El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva ha planteado la celebración de una conferencia internacional de gobiernos e instituciones internacionales para definir una «nueva gobernanza global y justa» que permita superar retos como la desigualdad acrecentada por la pandemia de COVID-19 o el cambio climático.

«Estos retos no se solucionarán con el sistema creado tras la Segunda Guerra Mundial», ha explicado el exmandatario, que ha hecho hincapié en la necesidad de «reconstruir las instituciones internacionales con nuevas bases».

Así, ha pedido «tener coraje» y establecer instituciones que «resuelvan» los problemas de las personas y ha hecho referencia a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) «no los resuelve».

La gobernanza global propuesta por Lula da Silva estaría compuesta de más actores que tengan más poder para la toma de decisiones, según ha explicado. Ha ejemplificado sus palabras con la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) de Glasgow, que, a su juicio, no servirá «de nada» porque «no hay una gobernanza para obligar» a los Estados a cumplir los compromisos suscritos.

En una intervención en el seminario Cooperación multilateral y recuperación regional post-COVID-19 , organizado por Casa de América y Common Action Forum, Lula da Silva ha reflexionado sobre la desigualdad y la inequidad entre ricos y pobres, que ha causado «incontables muertes alrededor del mundo», también en el contexto de la COVID-19.

En este sentido, se ha cuestionado a qué «normalidad» aspira a volver la Humanidad una vez haya pasado la pandemia y ha hecho hincapié en que la brecha entre privilegiados y desposeídos ha crecido durante la pandemia. «Esto no puede ser la normalidad a la que la Humanidad desea volver», ha indicado, destacando aspectos como la falta de acceso a la electricidad o al agua potable en muchas partes del mundo o a jornadas laborales interminables que no permiten un desarrollo de la vida pleno.

«No podemos normalizar la explotación y el sufrimiento humanos», ha matizado, antes de señalar que «al principio de la pandemia, cuando las muertes comenzaron a acumularse en países pobres y ricos, se decía que la Humanidad estaba toda en el mismo barco». «El tiempo demostró que eso no era verdad», ha lamentado.

En este contexto, Lula da Silva ha aludido a la vacunación contra la enfermedad y ha criticado el «apartheid de vacunas», en un escenario en el que «una extrema derecha negacionista» rechaza la inmunización mientras «los pobres luchan» por alcanzar este derecho.

Por ello, el exmandatario ha explicado que «reconstruir el mundo significa decir que la vida es el bien más precioso que existe» y ha urgido a decir que «esta normalidad perversa» no es «aceptable». «Lo normal es que todos los seres humanos tengan derecho a tres comidas diarias, empleos de calidad con sueldos dignos y derechos, salud y educación, derecho a ser feliz», ha insistido.

«Para la reconstrucción del mundo necesitamos ir más allá, la humanidad tiene que curarse del virus de la inequidad», ha continuado, antes de reconocer que esta reconstrucción ha de ir de la mano de «valores democráticos» y «justicia social».

CON «FUERZAS PARA RESISTIR»

Lula da Silva se ha mostrado con ganas de «luchar» y con «fuerzas para resistir» en este escenario, pero ha pedido «motivación». De forma paralela, se ha declarado «frustrado» porque muchos jóvenes son «de derechas, negacionistas, comunistas, antipobreza, antiinmigración» y ha declarado que no se ha «radicalizado», sino que es «más consciente» de lo que le rodea.

«La gente dice que como estuve en la cárcel estoy con rabia y me quiero vengar. No. Yo no quiero venganza», ha matizado. «Quiero vivir bien el tiempo que me queda y compartir esa posibilidad de vivir bien con el pueblo brasileño», ha añadido.

Así, el exmandatario de Brasil ha defendido la primera década de los 2000, un tiempo que ha definido como «el mejor momento histórico» de Latinoamérica, cuando se creó Mercosur o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), ejemplos de multilateralidad que hacían «posible» pensar en «cambiar la política mundial».

Durante su intervención, ha hablado de Brasil y ha indicado que, durante su gestión, se redujo considerablemente el hambre entre la población del país latinoamericano. «Con (el actual presidente de Brasil, Jair) Bolsonaro, Brasil vuelve al hambre», ha lamentado, destacando que, hoy, más de 116 millones de brasileños sufren algún tipo de inseguridad alimentaria y 19 millones de personas no comen.

«Dediqué cada día de mis ocho años de mandato a liberar Brasil de la inequidad, esta lucha no ha sido en vano y en breve volveremos a hacer de Brasil un ejemplo de que es posible vencer al hambre», ha dicho, antes de lamentar que, en Brasil, «jamás» imaginó que fuera a tener como presidente «a una persona tan grotesca como aquel ciudadano», en alusión a Bolsonaro.

«No piensa en nada, no articula nada que no sea maldad, por eso se despierta por la mañana y dice cinco o seis mentiras por día, jamás ha visitado a una persona con COVID-19 o a una familia, le gusta ir en moto y el pueblo brasileño le va a dar una moto para que desaparezca para que se restablezca la democracia en aquel país», ha indicado.

Para Lula, el «mayor aliento» es «la seguridad de que la construcción de otro mundo es perfectamente posible» y ha reconocido como ejemplo la creación de la Unión Europea, de la que ha dicho que es «un patrimonio democrático de la Humanidad». «Construir una menara de vivir democráticamente, sin rabia, sin odio, olvidar el sufrimiento y construir» instituciones comunes.

«Ya hemos sido capaces de construir un mundo más sostenible, menos desigual, más solidario, justo y feliz y esta es la nueva normalidad que deseamos y, estoy seguro, vamos a construirla juntos», ha concluido.

RENOVAR «ESPERANZAS»

En la misma línea se ha expresado el expresidente del Gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero, que ha defendido la necesidad de «caminar hacia una gobernanza mundial». «No tenemos Estado global y, sin embargo, hay una sociedad global», ha especificado.

Además, Zapatero ha asegurado que «el resurgir de Lula va a ser el resurgir de Brasil», al tiempo que ha defendido la figura del exmandatario como «el más querido, el más respetado y el líder político que más ha luchado a favor de los pobres en los últimos 50 años en el mundo».

Así, ha afirmado que una eventual vuelta de Lula da Silva a la Presidencia brasileña servirá para «renovar las fundadas, legítimas y necesarias esperanzas» y ha pronosticado que, con su liderazgo, «Latinoamérica va a entrar nuevamente en una etapa de progreso e integración necesaria».

En este contexto, ha explicado que de Latinoamérica dependerá «ser capaz de construir, y siempre con grandes consensos, una integración y una unidad», ante «la evidente agonía de la Organización de Estados Americanos (OEA). «Con el golpe de Bolivia dejó su destino certificado, ya no da más de sí», ha afirmado. Y, desde Europa y España, toca «escuchar a Latinoamérica».

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