Lukashenko achaca a las protestas en su contra el aumento de la incidencia de la COVID-19 en Minsk
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha achacado este jueves a las protestas en su contra, que se llevan a cabo desde hace algo más de dos meses, el aumento de la incidencia de la COVID-19 en la capital del país, Minsk.
«Lo que está sucediendo ahora, por ejemplo, en las calles de Minsk los fines de semana (…) está claro cuáles serán las consecuencias», ha deslizado Lukashenko en una reunión sobre la situación de la pandemia en el país, informa el portal de noticias Tut.by.
«Y la incidencia en Minsk es mayor que en otras regiones. Aquí están los resultados», ha remachado el mandatario, asegurando que los manifestantes «pronto entenderán dónde se han metido».
Además, ha señalado que si las personas que salen a protestar en su contra «quieren caminar y enfermarse, que se enfermen». «Mantenerse saludable, prevenir enfermedades, no es un problema para los médicos», ha continuado. «El trabajo de los médicos es ayudar cuando, por casualidad, ha ocurrido un accidente. Y el resto es nuestro», ha zanjado.
Las protestas, a las que acuden miles de personas, se suceden en Bielorrusia desde la proclamación de los resultados oficiales de las elecciones presidenciales del 9 de agosto, que dieron la victoria a Lukashenko, que lleva en el poder desde 1994. Los manifestantes denuncian que los comicios fueron fraudulentos y piden el final del régimen liderado por Lukashenko.
En las últimas semanas, el Gobierno de Bielorrusia, apoyado por Rusia, ha intensificado la represión contra manifestantes, activistas opositores y periodistas.
NO QUIERE CERRAR EL PAÍS
No obstante, a pesar del aumento en los contagios, Lukashenko ha rechazado este mismo jueves cerrar Bielorrusia. «No pretendo aislar y cerrar el país», ha dicho durante la cita, donde ha defendido la gestión que su Ejecutivo ha hecho de la pandemia.
Las autoridades sanitarias bielorrusas han registrado 400 nuevos casos de COVID-19 en las últimas 24 horas. En total, Bielorrusia cuenta con más de 80.000 personas contagiadas, incluidas casi 900 muertes a causa de la enfermedad.