Los yazidíes despiden a más de cien víctimas de Estado Islámico en una ceremonia multitudinaria en Sinyar
Cientos de yazidíes se han despedido este fin de semana de más de un centenar de víctimas de la campaña de exterminio contra esta minoría religiosa que la organización terrorista Estado Islámico llevó a cabo durante su dominio en el norte de Irak desde 2014 a 2017.
La ceremonia ha tenido lugar este pasado sábado en la aldea de Kocho, en la provincia de Sinyar, donde cientos de personas, incluyendo familiares y varias personalidades de la cultura yazidí, entre ellas la premio Nobel de la Paz y superviviente del genocidio, Nadia Murad, se han despedido de las 104 víctimas identificadas por la Fundación de los Mártires de Irak en 16 fosas comunes de la región.
La fundación, una agencia con financiación del Gobienrno iraquí, sospecha que hay más de 70 fosas todavía sin descubrir en la región septentrional del país.
Los yazidíes practican una forma ancestral de religión que combina elementos del zoroastrismo y las antiguas religiones mesopotámicas. Ello les hizo acreedores del calificativo de «herejes» por parte de Estado Islámico, una organización integrista suní.
En el momento de la invasión yihadista vivían en Irak unos 550.000 yazidis. De llos, unos 360.000 yazidis escaparon y encontraron refugio en otro lugar. Miles de hombres fueron asesinados y mujeres y niños esclavizados y violados en la invasión de Estado Islámico, en lo que la ONU considera a todos los efectos un acto de genocidio.
El pasado mes de julio, Amnistía Internacional avisó que unos 2.000 niños yazidíes que habían sobrevivido al brutal cautiverio a todavía no recibían la atención que necesitaban y sufrían graves problemas de salud física y mental.
«Hace seis años y medio, esta gente quedó desprotegida ante Estado Islámico, que realizó un ataque contra su dignidad», lamentó Murad durante su discurso en la ceremonia, en el que responsabilizó a als fuerzas de seguridad iraquíes y kurdas de dejar a sus conciudadanos a merced de los yihadistas.
Por su parte, Nawzad Hadi, asesor del presidente kurdo, Nechirvan Barzani, describió el regreso de los restos «de nuestros amados hermanos y hermanas» como «otra página triste de una historia amarga y llena del sufrimiento del pueblo yazidí.
«Os aseguramos que nos esforzaremos mucho más y seguiremos trabajando con nuestros socios iraquíes para asegurarnos de que la religión Yazidi se preserve para siempre», ha agregado, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias kurda Rudaw.