Los talibán remodelan sus cúpulas políticas y militares en 19 provincias del país
Los talibán han remodelado los puestos de «gobernadores» y jefes de comités militares para 19 provincias del país, en una reestructuración que los propios insurgentes han considerado como una maniobra habitual, desvinculada de las atascadas negociaciones de paz con el Gobierno afgano.
Sin embargo, para las autoridades afganas esta remodelación vuelve a poner de relieve la falta de compromiso de los insurgentes con las conversaciones, mientras expertos temen que sea el principio de la temida campaña de ataques de primavera, que podría terminar de descarrilar los esfuerzos de paz.
En particular, los talibán han designado a nuevos «gobernadores» para once provincias, entre ellas Kabul, Jost, Nangarhar o Paktika, así como «vicegobernadores» en tres provincias, comandantes de unidades militares en cinco provincias y jefes de comités militares en siete provincias.
Fuentes cercanas a la remodelación han indicado a la cadena Tolo News que algunos de los designados son conocidos combatientes talibán, como el nuevo «gobernador» de Jost, Mawlawi Mubarak, conocido por sus operaciones contra las fuerzas gubernamentales en localidades como Arghandab y Panjwai
El Gobierno afgano, en respuesta, ha considerado la medida como un ejemplo de la «falta de voluntad» de los talibán a la hora de entablar las conversaciones de paz. «No buscan más que imponer su agenda por la fuerza, pero las fuerzas de seguridad no van a permitirlo», ha hecho saber el portavoz presidencial, Dawa Khan Menapal.
Los expertos temen que esta reestructuración sea el prolegómeno de una ofensiva de primavera, en opinión del profesor Faiz Mohammad Zaland.
Para su colega Nasrulá Stanekzai, la decisión esconde tres mensajes: «Demostrar que tienen una autoridad ejecutiva y pueden nombrar gobernadores, presionar a los estadounidenses para que sigan comprometidos con el acuerdo de paz de Doha con Estados Unidos; y reorganizar sus filas tras percibir cierto fracaso en sus iniciativas políticas a nivel local».
A pesar de las negociaciones entre el Gobierno afgano y los talibán, el país sigue siendo escenario, semana tras semana, de atentados y operaciones militares.
A finales del mes pasado, Naciones Unidas apuntaba a un aumento de las víctimas civiles en Afganistán desde el inicio de las conversaciones de paz, con un aumento del 45 por ciento en el último trimestre del año en comparación con este mismo periodo en 2019.
La cifra de víctimas civiles de 2020 es sin embargo más baja que la del año anterior, debido principalmente a un descenso de los muertos y heridos a raíz de la firma del acuerdo de paz de Doha, en febrero de ese año.