Los recién graduados en Informática tienen un 40% menos de las competencias que requieren las empresas
El «severo déficit cuantitativo y cualitativo» del talento digital hace que haya seis empresas compitiendo por cada graduado
El nivel de talento que buscan las empresas en los perfiles de los jóvenes informáticos españoles se encuentra un 40% por encima de las competencias que adquieren durante su etapa en la universidad, según el primer estudio Empleabilidad y Talento Digital , presentado por la consultora especializada en soluciones digitales Vass Research y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
Se trata del primer índice elaborado en España con el objetivo, por un lado, de establecer unos parámetros que permitan medir el talento digital de los nuevos graduados informáticos y, por otro, de poner en cifras el gap existente entre lo que el mundo empresarial demanda y los perfiles TIC que salen, año a año, de las universidades.
El informe revela que mientras en España el número de empresas que se dedican a la programación, consultoría y otros servicios relacionados con las TIC ha crecido un 57% en la última década, el número de egresados de Informática de las distintas universidades se ha reducido un 44%.
Además, si se tiene en cuenta el número total de compañías de todos los sectores que necesitan actualmente perfiles informáticos, que alcanza las 28.500 entidades empleadoras, supone una cifra superior a los 25.700 nuevos recién titulados que, cada año, terminan sus estudios tanto de las universidades españolas como de los ciclos de Formación Profesional.
Esto quiere decir que actualmente existe prácticamente una empresa por persona con formación reglada en Informática o, lo que es lo mismo, casi seis compitiendo por cada joven graduado universitario, que son en un 88% hombres.
«COMPROMETE» EL FUTURO DE LA ECONOMÍA
Sin embargo, más allá del problema cuantitativo, las instituciones encargadas del informe destacan que España también presenta «un severo déficit cualitativo del talento digital», lo que «pone en riesgo» el papel que debe tener el país en un escenario mundial que se está construyendo alrededor de las TIC y «compromete» el futuro de la economía española.
En concreto, en el ámbito de las hard skills , las empresas solo perciben un nivel suficiente en 7 de las 19 categorías de conocimientos técnicos que este estudio ha establecido como constitutivos del talento y garantes de la empleabilidad, con una nota media de 5,7 sobre 10.
En este sentido, donde las empresas encuentran un mejor nivel de preparación de sus trabajadores más jóvenes es en la administración de sistemas LAN-WAN, seguido de la maquetación y diseño de páginas web, la programación en entornos web (tipos JAVA, Javascript, HTML, PHP) y el diseño e implementación de Bases de Datos (My SQL, ORACLE o SQL Server).
Por contra, las carencias más significativas desde el punto de vista de la empresa son los conocimientos de programación avalados con una certificación, la gestión de la seguridad o el cada vez más relevante ámbito del Big Data.
Respecto a las soft skills o las competencias conductuales, el resultado es más positivo, ya que los recién egresados reciben una puntuación media de 6,33 sobre 10. La capacidad para trabajar en equipo, la flexibilidad para adaptarse a cambios y nuevas situaciones y el expediente académico (con una media de 7,2 sobre 10) son los aspectos más valorados por las empresas. Por el contrario, la flexibilidad salarial y geográfica son las pautas motivacionales que las empresas echan principalmente de menos en los jóvenes.
ESPAÑA, «IRREVERSIBLEMENTE REZAGADA»
Según explica el director de Vass Research y profesor de la UAM, Antonio Rueda, las carreras universitarias en España «son exigentes» y las empresas «muy audaces», pero considera que este reto en la educación debería implicar también a las Administraciones Públicas.
En su opinión, se hace necesario «intensificar» la colaboración entre universidades y empresas porque, aunque los jóvenes informáticos «encuentren fácilmente trabajo», cree que se puede optimizar su trayectoria y potencialidad profesional y, con ello, ayudar también al tejido productivo.
Todo ello, añade, «sin perjuicio de que haya que facilitar la llegada al país de jóvenes extranjeros para convertir a España en el hub de talento tecnológico de Europa, tal y como ambiciona Canadá en su ámbito geográfico». Pero, para ello, considera «indispensable» ordenar las capacidades internas. «Si perdemos ese tren, España puede quedar irreversiblemente rezagada», sentencia Rueda.