Los desinfectantes del agua dañan los genes de resistencia a los antibióticos, según un estudio

MADRID, 23

Un equipo de investigadores de la Universidad de Washington (UW) en EEUU ha estudiado cómo funcionan los métodos de desinfección del agua y de las aguas residuales y cómo estos desinfectantes afectan a los genes de resistencia a los antibióticos en el ADN bacteriano.

Cada año, al menos 2 millones de estadounidenses se infectan con bacterias que no pueden tratarse con antibióticos, y al menos 23.000 de estas personas mueren, según los centros para el Control de Enfermedades de EEUU. Estas bacterias pueden estar en el agua y por eso se utilizan desinfectantes para matar o evitar que crezcan tratando los deshechos y el agua potable.

Hasta ahora, afirma el estudio publicado en Environmental Science & Technology , pocos investigadores han analizado si estos tratamientos son efectivos para eliminar los genes que codifican los rasgos que hacen que estas bacterias sean resistentes a los antibióticos. Lo que les preocupa a los investigadores, afirman, es que, incluso después del tratamiento, las bacterias no resistentes puedan volverse resistentes al captar los genes intactos de las bacterias dañadas resistentes a los antibióticos.

Por este motivo, se llevó a cabo el estudio que ha desvelado que, «si bien estos métodos funcionan bien para impedir el crecimiento bacteriano, tuvieron un éxito variado en la degradación o desactivación de un gen representativo de resistencia a los antibióticos».

El profesor de la UW y autor del estudio, Michael Dodd, afirma que «el ADN no es particularmente tóxico o dañino, pero es importante considerar su destino una vez que esté en el medio ambiente porque puede potencialmente propagar rasgos indeseables en comunidades bacterianas. Hemos encontrado más y más genes de resistencia a los antibióticos médicamente relevantes en el medio ambiente».

Las plantas de tratamiento de agua actuales, explican, utilizan una variedad de métodos de desinfección, «la mayoría implica exponer el agua a la luz ultravioleta o a compuestos que contienen cloro u oxígeno, como el cloro solo o el ozono».

Para determinar cómo estos métodos afectan tanto a las bacterias como a los genes de resistencia a los antibióticos, Dodd y su equipo utilizaron un sistema modelo: una bacteria inocua para el suelo llamada Bacillus subtilis . El equipo trabajó con una cepa de esta bacteria que sobreprodució un gen, llamado blt , que produce una proteína que permite a B. subtilis bombear antibióticos y hacer que la bacteria sea resistente a una variedad de antibióticos comunes.

«SE DIERON RESULTADOS MIXTOS PARA EL DAÑO DEL ADN»

Los investigadores expusieron las bacterias a diferentes métodos desinfectantes y luego monitorearon dos cosas: qué tan bien crecieron las bacterias tratadas cuando se las expuso a los antibióticos y si el gen en el interior de las bacterias estaba dañado.

El resultado fue que todos los tratamientos que se observaron tuvieron éxito en interrumpir la viabilidad bacteriana, sin embargo, «se dieron resultados mixtos para el daño del ADN», dijo el doctor en ingeniería civil y autor del estudio Huan He.

En las exposiciones típicas utilizadas para el tratamiento del agua, tres métodos mostraron una degradación o desactivación mayor del 90 por ciento del gen: luz UV, ozono y cloro. El equipo determinó que estos tres métodos tienen un gran éxito en la prevención de la propagación de la resistencia a los antibióticos, ya que desactivan las bacterias y dañan el gen de la resistencia.

Sin embargo, otros dos desinfectantes, llamados dióxido de cloro y monocloramina, no mostraron casi ningún daño al gen. «Encontramos que estos dos métodos degradan el ADN tan lentamente que casi nada ocurre durante el tiempo en que el agua está expuesta en condiciones de tratamiento típicas», señala Huan He, investigador del estudio y doctor en ingeniería civil y ambiental.

Actualmente, afirman, el equipo sabe con qué rapidez estos métodos desinfectantes afectan el gen utilizado en el estudio. Ahora están desarrollando un modelo que les permita estimar cómo de rápido se dañaría cualquier gen.

Sobre esto, Dodd señala que «si se puede predecir la eficacia con la que cada método desinfectante desactivaría o degradaría un gen específico, entonces se podrían evaluar mejor las estrategias de tratamiento efectivas para degradar cualquier gen de resistencia a los antibióticos que presente una preocupación».

«Los procesos de desinfección son herramientas muy importantes para prevenir la propagación de la resistencia a los antibióticos. Por eso se intenta entenderlos mejor para poder diseñarlos y operarlos de manera más efectiva en el futuro».

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