Los minoritarios insisten en que la propuesta de Skoda a Talgo puede incurrir en manipulación de mercado
La Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec) ha insistido en que la propuesta de Skoda para combinar su negocio con el de Talgo podría «vulnerar la normativa del mercado de valores y calificarse como abuso o incluso manipulación de mercado».
Así lo ha manifestado la asociación en un comunicado, en el que señala que la CNMV ya advirtió que cualquier entidad que quisiera realizar una oferta sobre Talgo deberá presentar una OPA competidora y mejorar necesariamente las condiciones ofrecidas por el grupo húngaro Magyar Vagon.
«Por lo tanto, la oferta realizada por Skoda está al margen de la Ley e incumple los requerimientos manifestados por la CMNV», advierte la asociación que representa a los accionistas minoritarios.
Sin embargo, este mismo viernes, la compañía checa ya ha dejado claro que su intención no es adquirir una participación de control, sino acometer una combinación de negocios, por lo que no está obligada a lanzar una contraopa, según indican fuentes del supervisor a Europa Press.
En cualquier caso, Aemec está siguiendo de cerca este asunto para analizar si Skoda Transportation estuviese «liderando una maniobra para alterar el precio del mercado de la única oferta conocida».
«El abuso o la manipulación del mercado no sólo podría calificarse como una infracción administrativa y como un acto de competencia desleal, sino que, en nuestro código penal, está tipificado como delito», insiste.
Un portavoz de Skoda se ha limitado este viernes a desmentir que la compañía esté inmersa en un proceso de venta, una supuesta operación que se explica por las acusaciones que el entorno de Magyar Vagon ha vertido sobre la checa, al decir que se trata de una empresa con problemas financieros.
Ciertas informaciones apuntan incluso a que Skoda habría recurrido a Magyar Vagon para que la comprase, algo que Skoda niega tajantemente. No obstante, cabe recordar que la checa tiene unos ingresos hasta seis veces superiores a los de la húngara.
Toda esta polémica surge por la intención del Gobierno de paralizar que Talgo quede en manos de una empresa participada al 45% por el Estado de Hungría, gobernando ahora por Viktor Orbán, próximo a Rusia y a la extrema derecha.