Los mayores con VIH necesitan un abordaje integral, personalizado y distinto al de los jóvenes, según un estudio

La revista científica Plos One ha publicado los primeros resultados de FUNCFRAIL , una cohorte española de personas mayores con VIH para el estudio de la fragilidad y la función física.

En este primer trabajo original se presentan datos que constatan que las personas mayores con VIH no son un grupo homogéneo y es preciso conocer los diferentes perfiles teniendo en cuenta además de la comorbilidad, la fragilidad y otros síndromes geriátricos que marcan las necesidades específicas de los pacientes mayores para diseñar líneas estratégicas de abordaje de su salud específicas.

Los mayores de 65 años presentan una alta prevalencia de factores de riesgo cardiovascular y una mayor prevalencia de fragilidad, deterioro funcional y deterioro cognitivo. La mayor parte de ellos fueron diagnosticados antes de la introducción de la conocida como triple terapia en 1996, que constituyó el inicio de una nueva era en el manejo del paciente VIH pues los tratamientos empezaron a ser efectivos.

No obstante, el grupo de los conocidos como supervivientes, aquellos que se diagnosticaron antes de que existieran tratamientos eficaces, tienen más comorbilidad y específicamente más osteoartrosis, depresión, EPOC y enfermedad psiquiátrica que los diagnosticados con posterioridad. Sin embargo, no son los más mayores ni tampoco los más frágiles. Eso sí, tienen más dolor, toman más psicofármacos y tienen peor calidad de vida.

«Es imprescindible que existan cohortes como FUNCFRAIL que nos permiten conocer la realidad de los pacientes mayores con VIH y su evolución en el tiempo. Estos primeros resultados son trascedentes no sólo para dar una mejor atención personalizada y adaptada a las necesidades de cada paciente, sino para el sistema sanitario pues el envejecimiento de este grupo poblacional es un hecho, es preciso realizar una adecuada gestión de recursos y por tanto, no se puede ofrecer una atención estándar a pacientes con necesidades diferentes», han sostenido las doctoras Fátima Brañas, geriatra del Hospital Universitario Infanta Leonor, y Matilde Sánchez Conde, infectóloga del Hospital Universitario Ramón y Cajal, coordinadoras de este trabajo de investigación.

En la actualidad, más de la mitad de las personas adultas que viven con VIH en el mundo son mayores de 50 años y las predicciones indican que en los próximos años la edad media de las personas maduras con VIH seguirá creciendo, por lo que es prioritario poner el foco en este grupo poblacional, que tiene unas características diferentes de las del adulto joven y, por tanto, requiere un abordaje asistencial diferente para ser eficaz y eficiente.

FUNCFRAIL es una de las cuatro cohortes europeas de personas mayores con VIH, junto con AGEhIV , POPPY y GEPPO , que está promovida por GeSIDA, Grupo de Estudio del SIDA de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

Desde su inicio, en 2018, han participado en ella 11 centros de toda España y han sido incluidas 801 personas mayores con VIH, a las que se les realizó una valoración global exhaustiva en el momento de la inclusión, en la que además de la comorbilidad y las variables directamente relacionadas con el VIH, se les realizó una valoración geriátrica integral en la que se evalúa la polifarmacia, la fragilidad, la función física, mental, afectiva y la calidad de vida. Esta evaluación se repetirá de forma anual.

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