Los líderes internacionales terminan la conferencia de Libia con un mensaje de integración y confianza electoral
Insisten en el respeto a la soberanía, la confianza en la hoja de ruta electoral, la salida de fuerzas extranjeras
La conferencia internacional de paz sobre Libia celebrada este viernes en París ha culminado con un llamamiento a la integridad nacional del país y a la consecución de la hoja de ruta hacia las cruciales elecciones de diciembre, con las que Libia espera pasar página a años de guerra y división tras la muerte del sátrapa Muamar Gadafi en 2011.
El evento de París ha contado con una amplísima representación internacional reflejada en la presencia de altos responsables de Estados Unidos, China, Rusia, Naciones Unidas, Reino Unido, la Unión Africana, la Unión Europea o la Liga Árabe, y ha intentado dar un espaldarazo a los líderes libios, representados en el presidente del Consejo Presidencial de Libia, Mohamed Menfi, y el primer ministro del Gobierno de Unidad Nacional, Mohamed Dbeibé, para garantizar la estabilidad del país tras los comicios del 24 de diciembre.
Menfi y Dbeibé representan la división institucional que ha marcado la historia de Libia durante la última década, y traducida en una guerra civil entre un Gobierno reconocido por la comunidad internacional en Trípoli y unas autoridades paralelas en el este del país, comandadas por el señor de la guerra Jalifa Haftar, con los vectores que acompañan a un conflicto de estas características: alianzas internacionales, presencia de mercenarios y la constante llegada de armas al país norteafricano.
La conferencia ha abordado todas estas cuestiones a partir de unas cruciales elecciones que tendrán como objetivo primordial la futura unificación del país. «Reafirmamos», abre la declaración final, «nuestro completo respeto y nuestro compromiso a la soberanía, independencia, integridad territorial y unidad nacional de Libia». Los líderes, además, rechazan «toda interferencia extranjera en los asuntos de Libia».
«Aplaudimos», añaden, «el compromiso tanto del Consejo Presidencial como del Gobierno de Unidad Nacional, ambos en funciones, para garantizar el éxito de la transición política a través de la celebración de estas elecciones libres, justas y transparentes».
De hecho, el máximo responsable diplomático de la UE, Josep Borrell, ha recalcado poco después en su cuenta de Twitter las «dos prioridades de Libia: la celebración de los comicios y la vinculación de los desafíos de seguridad a la retirada total de las fuerzas extranjeras».
Los líderes internacionales han aprovechado para pedir a las autoridades libias que «tomen medidas específicas para garantizar una sustancial representación de las mujeres en la nueva legislatura» y que «cooperen con las instituciones civiles en estos esfuerzos», siempre desde el «respeto a los derechos de sus oponentes políticos» y con un compromiso para aceptar los resultados de los comicios.
Los líderes no se han olvidado de la gravísima crisis migratoria que atraviesa el país, cuyas autoridades han sido acusadas de falta de voluntad a la hora de solucionar los malos tratos a los que se ven sometidos los migrantes que acaban en sus centros de detención. En este sentido, y aunque «aplauden la reanudación de las evacuaciones humanitarias voluntarias y los vuelos de retorno para migrantes y refugiados», también piden a las autoridades «pleno respeto a las directrices del Derecho Internacional».
Los líderes se recuerdan a sí mismos, también, la necesidad de «poner en práctica y defender cualquier sanción contra Libia», en el caso de una constatación de la ruptura del embargo de armas y del alto el fuego vigentes en el país.
Por último, y ya en el ámbito económico, los líderes internacionales subrayan la necesidad de que las autoridades libias unifiquen el Banco Central del país y apliquen «sin dilación», las recomendaciones de las auditorías financieras internacionales, y que «respeten y salvaguarden la integridad y la unidad tanto de las instituciones financieras libias, como de la petrolera estatal, la National Oil Corporation».
En este sentido, la comunidad internacional concluye expresando su preocupación «por los continuos intentos de grupos armados» por ejercer su control sobre la mencionada petrolera, así como sobre las exportaciones de petróleo y avisan de que «tales acciones podrían suponer una amenaza para la paz, la seguridad y la estabilidad de Libia».