Los inversores españoles anteponen seguridad a rentabilidad por geopolítica y sacudidas en mercados
EFPA España (Asociación Española de Asesores y Planificadores Financieros) ha llevado a cabo una encuesta entre medio millar de profesionales del sector de la que se extrae que, en el contexto actual marcado por los riesgos geopolíticos y volatilidad en los mercados, los inversores españoles anteponen la seguridad a la rentabilidad en sus operaciones.
La asociación ha detallado en un comunicado que la mitad de sus profesionales preguntados ha constatado esa situación entre sus clientes y, asociado a ello, un 70% de los asesores ha señalado que este hecho se ha visto impulsado a su vez por la contratación de productos de renta fija, en tanto que estos productos conservadores han aumentado sus rentabilidades fruto de las subidas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales.
Más allá de la coincidencia entre la seguridad de la renta fija y el aumento de sus rentabilidades, el carácter conservador del inversor español ha salido también a relucir a la vista de que más de la mitad de los asesores ha afirmado que el que el vehículo alternativo que más interés despierta entre los inversores son los bienes inmuebles, es decir, el ladrillo.
Entre los motivos que han reforzado un perfil ya de por sí conservador por parte del inversor español, se encontrarían los riesgos geopolíticos (elemento que más preocupa a los clientes, según un 40% de los gestores), la situación de los mercados y el impacto en sus inversiones (30%) y la inflación (23%).
En esencia, este contexto de inestabilidad hace que, de acuerdo al 46% de los profesionales encuestados, el perfil de los inversores se haya vuelto más conservador en el último año, invirtiendo en productos de menor riesgo por su preocupación por preservar el capital.
De su lado, aparte de la mayoría que prefiere productos de renta fija y bienes inmuebles -según el mencionado 70% y 54% de los asesores, respectivamente-, también hay querencia, aunque con menor intensidad, en el capital riesgo (23%) y las criptomonedas (15%), segmento este último que está viviendo un año de importantes revalorizaciones tras la aprobación en Estados Unidos de fondos cotizados (ETF) de bitcóin.
Dentro de un ámbito más interno sobre la relación del mundo del asesoramiento financiero con los ahorradores españoles, un 40% de los asesores ha señalado que el grado de interés de los clientes españoles por el asesoramiento financiero es alto o muy alto.
Además, uno de cada cuatro asesores ha considerado que, durante el último año, ha habido un aumento notable de la confianza que los clientes depositan en los profesionales, mientras que otro 50% ha afirmado que el inversor se deja aconsejar más que antes, si bien paralelamente se interesa por conocer los productos financieros y estudiarlos por sus propios medios.
En este sentido, el 56% de los asesores financieros ha observado un mayor nivel de conocimiento de la situación económica y financiera de sus asesorados en los últimos meses, y es que, según proporción casi idéntica de asesores, situaciones de incertidumbre sostenida como la que vivimos en la actualidad hacen que los clientes se interesen más por conocer las consecuencias macroeconómicas de las crisis y cómo éstas pueden afectar a sus inversiones.
IMPACTO DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Respecto al impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en la actividad del sector del asesoramiento financiero, un 71% cree que esta tecnología va a ayudarles a realizar un análisis de las inversiones más preciso y que consiga adaptar las estrategias de inversión más rápido.
El optimismo es extendido, ya que sólo el 16% de los profesionales ha considerado que la IA pueda poner en peligro o incluso hacer desaparecer su trabajo, lo que no quita que haya demandas sobre esta temática, tales como la necesidad de formación específica sobre estas herramientas y cómo aplicarlas (de acuerdo 49% de los asesores), así como el deseo de más formación sobre todos los temas relacionados con la IA (25%).
Además, una mayoría de asesores del 32% ha apuntado que el principal reto que encara la industria es que los clientes consigan percibir el valor añadido que la IA ofrece al asesoramiento financiero, en tanto que un 30% ha apuntado a la formación continua para mantenerse al día de todas las novedades sobre productos y mercados.
Por su parte, un 20% ha considerado que la principal dificultad en el sector vendrá de la complejidad de crear estrategias de inversión que logren compensar la pérdida de poder adquisitivo que provoca la inflación.
En lo referente a la llegada de MiFID III (normativa europea que afectará a las estrategias de inversión de minoristas y, por tanto, de lleno al sector del asesoramiento financiero a patrimonios de particulares), un 52% de los asesores ha considerado que esta normativa va a cambiar la regulación en cuanto a la distribución y esto, que les va a afectar de manera directa, supondrá «un cambio importante especialmente en la forma en que se evalúa el interés del cliente».
Sin embargo, a pesar de su relevancia, un 32% ha señalado no conocer suficientemente sus efectos.