Los farmacéuticos recuerdan que la falta de hierro es la causa más común de la anemia
El Consejo General de Farmacéuticos ha recordado, con motivo del Día Mundial del Déficit de Hierro, este sábado, que la falta de hierro es la causa más común de la anemia, la cual se estima que afecta a alrededor de una cuarta parte de la población (2.000 millones de personas).
Entre los grupos demográficos en que las anemias tienen mayor prevalencia se encuentran las mujeres en edad reproductiva. Las pérdidas hemorrágicas asociadas a la menstruación pueden hacer de esta enfermedad un problema persistente.
Además, en el embarazo la anemia aumenta el riesgo de complicaciones y de problemas en el desarrollo fetal. Otro grupo de riesgo son los niños y adolescentes, porque presentan unas necesidades incrementadas de hierro como consecuencia de los requerimientos fisiológicos para el desarrollo físico y cognitivo que se produce en estas edades. Solo estos dos grupos se estima que suman más de 800 millones de afectados en todo el mundo por anemia.
Sin embargo, a pesar de que el déficit de hierro es la principal causa de anemia a nivel mundial y también en países como España, la anemia puede estar ocasionada por múltiples factores: déficits vitamínicos (de vitamina B12 y ácido fólico, principalmente); enfermedades crónicas, sobre todo las que cursan con inflamación, como el cáncer, tanto por el curso de la propia enfermedad como por efecto del tratamiento quimioterápico; determinados defectos congénitos; la exposición a tóxicos como el alcohol, metales pesados, etc. En definitiva, una gran variedad de situaciones que hacen de la anemia una enfermedad muy frecuente y que en muchas ocasiones pasa desapercibida.
«Nos encontramos ante una enfermedad en la que el farmacéutico puede desempeñar una labor clave tanto en su detección precoz, como en la optimización del tratamiento farmacológico y el asesoramiento nutricional. Además de la labor de educación sanitaria que el farmacéutico puede proporcionar al paciente anémico mediante consejos sobre hábitos de vida saludables, la red de 22.198 farmacias también puede contribuir a un diagnóstico temprano de la anemia, tanto a partir de la información proporcionada por el paciente, de forma espontánea o en respuesta a las preguntas que pueda formular el farmacéutico, como a través de la determinación in situ de los niveles sanguíneos de hemoglobina del paciente», ha dicho el organismo.
Por ello, prosigue, ante la sospecha de un paciente anémico, el farmacéutico debe tener en mente los principales síntomas que este puede presentar, como son la debilidad muscular, la tendencia a la fatiga, la falta de apetito, molestias gastrointestinales (vómitos, náuseas, diarrea, estreñimiento), dolores de cabeza, vértigos, acúfenos, palidez, palpitaciones o taquicardia.
Muchas farmacias cuentan con equipos que permiten determinar los valores de hemoglobina en pocos minutos con una gota de sangre, generalmente mediante la técnica de fotometría de reflexión. Esta prueba no permitirá descartar una anemia, para lo cual se requerirá de un análisis más exhaustivo, pero la obtención de un valor bajo de la concentración de hemoglobina sí puede servir para orientar un diagnóstico y derivar al paciente a la consulta médica.
Cuando el diagnóstico clínico ya se ha realizado y el paciente acude a la farmacia a por la medicación prescrita, el farmacéutico, en el momento de la dispensación, debe asesorar al paciente sobre las características más relevantes del tratamiento, a fin de facilitar optimización de la farmacoterapia.