Los familiares de Franco acceden a la Basílica del Valle de los Caídos para asistir a la exhumación
Portan una corona de laurel con la dedicatoria Tu familia y un ramo de flores
Los familiares de Francisco Franco han accedido pasadas las 10.15 horas de este jueves a la Basílica del Valle de los Caídos para asistir a la exhumación del dictador.
Se trata de un grupo de 22 personas formadas fundamentalmente por los nietos del general, sus cónyuges y sus bisnietos, entre quienes figura Luis Alfonso de Borbón. Jaime Martínez Bordiú portaba una corona de laurel con una banda con los colores de la bandera de España con una única dedicatoria escrita: Tu familia .
En el grupo se encontraba también el letrado de la familia, Luis Felipe Utrera-Molina, que llevaba en la mano un ramo de flores. Francis Franco también llevaba en su mano izquierda unos objetos y telas imperceptibles a ojos de la cámara.
Los familiares han llegado al Valle de los Caídos a bordo de minibuses del parque móvil del Estado que les han recogido en diferentes puntos de Madrid.
Aunque todos han accedido a la Basílica, donde ya les esperaban los representantes del Gobierno –la ministra de Justicia, Dolores Delgado; el secretario general de Presidencia, Félix Bolaños; y el subsecretario del Ministerio de Presidencia, Antonio Hidalgo– sólo serán dos los familiares que vean directamente el momento de la retirada de la lápida, en principio Cristóbal y Merry Cristóbal Bordiú.
Y es que sobre la tumba de Franco se ha colocado una carpa con techo y tapada en sus laterales que impedirá ver los trabajos de retirada del féretro de la tumba desde el resto de puntos del interior de la Basílica.
Dentro de la carpa sólo asistirán los operarios que retirarán la lápida con la ayuda de un gato hidráulico, un médico forense que vigilará todo el procedimiento, los dos familiares del dictador y los representantes del Gobierno.
El cuerpo de Franco se conserva dentro de una caja de zinc sellada, introducida a su vez en un ataúd de madera que podría estar deteriorado por el paso del tiempo. El Gobierno ha previsto por ello otra caja de madera para, en caso necesario, pasar el féretro al nuevo ataúd antes de trasladarlo a Mingorrubio.
En cambio, el Ejecutivo ve probable que la caja de zinc se conserve en buen estado. De ser así, no se abrirá para comprobar que efectivamente es el cuerpo de Franco el que se conserva en su interior. El Gobierno no lo considera necesario ya que cuando se enterró al dictador, el entonces notario mayor del Reino, el ministro de Justicia José María Sánchez-Ventura, certificó que el cadáver introducido en el ataúd era el de Franco.
Sólo si la caja de zinc estuviera deteriorada sería necesario tocar los restos directamente para trasladarlos al nuevo féretro. Un médico forense cuya identidad el Gobierno no ha facilitado por su seguridad se encargará de supervisar todo el procedimiento.
Uno de los elementos que hacen pensar que el féretro se conserve en buen estado es que la actual tumba está cubierta por hormigón y plomo, lo que debería haber funcionado como protección ante corrientes subterráneas de agua.
A petición de la familia, el prior de la Basílica del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, bendecirá los restos cuando estos salgan de la carpa, pero ningún monje benedictino más podrá estar presente en el interior de la Basílica en ese momento.
El féretro será sacado de la Basílica a hombros por cuatro de los familiares de Franco y, junto a miembros de la empresa funeraria, será transportado hasta la explanada del Valle, donde esperará el coche fúnebre. No se les permitirá cubrir el ataúd con bandera alguna, como habían solicitado, ni tampoco se rendirán ningún tipo de honores.