Los desplazados por la violencia en el norte de Camerún, en el punto de mira de los yihadistas
MADRID, 5
Casi 300.000 personas se han visto desplazadas en la provincia camerunesa de Extremo Norte, bañada por el lago Chad, desde que Boko Haram y luego también su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA), decidió ampliar su acciones desde la vecina Nigeria. Tras huir de la violencia, en muchos casos después de que sus aldeas fueran atacadas, ahora se han convertido en objetivo directo de los yihadistas.
Al menos siete desplazados murieron y otros catorce resultaron heridos el pasado martes en un ataque contra la localidad de Goldavi, próxima a Kolofata, una ciudad cercana a la frontera con Nigeria que alberga a unos 18.000 desplazados internos, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Justo un mes antes, en la noche del 1 al 2 de agosto, otro atentado suicida contra desplazados en la localidad de Nguetechewe se saldó con 17 muertos, entre ellos cinco niños y seis mujeres, y 16 heridos. Según los datos recabados posteriormente por Human Rights Watch (HRW), los autores del ataque serían menores.
«El ataque suicida durante la noche por parte de Boko Haram en Nguetechewe parece diseñado para maximizar los muertos y heridos civiles», sostiene la investigadora para África de HRW, Ilaria Allegrozzi, que advierte de que el hecho de que además fuera perpetrado por menores, al menos dos, lo convierte en un «repugnante crimen de guerra».
«Estamos horrorizados por estos ataques sin sentido contra personas que se han visto arrancadas de sus localidades, que han huido de la rabiosa violencia perpetrada por las bandas armadas en la región solo para verse privadas de nuevo de su seguridad tras encontrar refurgio en otras partes», se lamenta el representante de ACNUR en Camerún, Olivier Guillaume Beer.
Ante esta situación, el responsable de la agencia de la ONU sostiene que «el asesinato de civiles inocentes tiene que cesar». «Esto es contrario con el Derecho Internacional Humanitario y los Derechos Humanos», recuerda, pidiendo a los grupos armados que operan en la región que «respeten los derechos y las vidas de la población civil».
NUEVOS DESPLAZADOS
Según ACNUR, unas 7.000 personas de las localidades de Kordo y Guérédou, próximas a la frontera con Nigeria, han huido de sus hogares desde el pasado 11 de agosto, buscando refugio en las zonas vecinas.
Los recientes ataques contra los desplazados, subraya la agencia de la ONU, se producen tras un significativo incremento de los incidentes violentos en la región de Extremo Norte, incluidos saqueos y secuestros obra de los yihadistas. Según el proyecto ACLED, que hace seguimiento a los hechos de violencia a nivel mundial, en el último año se han producido 395 incidentes violentos en esta región camerunesa que han dejado 536 víctimas mortales.
Las autoridades de los países bañados por el lago Chad –Chad, Camerún, Níger y Nigeria– suelen usar el término Boko Haram para referirse indistitamente a la facción que lidera Abubakar Shekau, que inició su actividad en el norteste de Nigeria en 2009, como a ISWA, que se escindió en el verano de 2016 y que es la filial oficial de Estado Islámico en esta parte del continente.
En los más de diez años transcurridos, más de 30.000 personas han muerto y más de tres millones de han visto obligadas a abandonar sus hogares, con Nigeria como el país más afectado ya que el estado de Borno es el principal epicentro de la violencia. Actualmente hay unos 2,7 millones de desplazados internos en los cuatro países, mientras que 300.000 nigerianos han buscado refugio en sus vecinos.