Los dentistas recuerdan que pueden detectar en la boca los primeros síntomas de la infección por VIH
El Consejo General de Dentistas recuerda que los primeros síntomas del VIH pueden manifestarse en la boca, por lo que es necesario acudir de forma regular al dentista, ya que suele ser el primero en detectar esta enfermedad, señala con motivo del Día Mundial de la Lucha contra el Sida que se celebra hoy, 1 de diciembre.
La patología bucal más frecuente es la candidiasis, provocada por el hongo Cándida y cuyos signos pueden encontrarse en el paladar y dorso de la lengua. Las llamadas ulceraciones aftosas recurrentes suelen ser también comunes en personas inmunodeprimidas. Se trata de erosiones o úlceras superficiales, dolorosas y que pueden durar más de ocho o diez días.
En las encías, el dentista puede detectar eritema lineal gingival, que se caracteriza por una franja de color rojo intenso a lo largo de la encía, así como periodontitis necrotizante, una infección que se caracteriza porque el tejido gingival, el ligamento periodontal o el hueso alveolar presentan necrosis.
Otra de las afecciones es el sarcoma de Kaposi, que se inicia como una mancha o placa eritematosa sin relieve que se localiza, de forma habitual, en el paladar y la encía. La lesión pasa a convertirse en una masa tumoral de crecimiento rápido.
«El dentista puede ser determinante en la lucha contra las infecciones antes y durante la enfermedad, realizando los controles y las limpiezas bucales necesarias, además de dar las pautas de higiene bucodental que deben seguir estos pacientes: cepillarse los dientes después de cada comida, usar hijo dental y colutorios adecuados», asegura el presidente del Consejo General de Dentistas, el doctor Óscar Castro Reino.
Asimismo, el presidente de la Organización Colegial recuerda que las consultas dentales están preparadas para tratar pacientes con cualquier enfermedad infectocontagiosa. «Los dentistas siempre hemos tenido protocolizada la atención a personas que sufren este tipo de patologías. En las clínicas dentales se llevan a cabo estrictos protocolos de asepsia y, por lo tanto, son espacios seguros y saludables tanto para los pacientes como para los profesionales que trabajan en ellas», concluye.