Los bancos centrales se reúnen en Jackson Hole antes de las esperadas bajadas de tipos en septiembre
Las cumbres de las montañas rocosas que rodean el valle de Jackson Hole (Wyoming) volverán a contar desde este jueves con la habitual presencia de los principales bancos centrales, encabezados por el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, que ejerce de anfitrión en el conclave anual que durante el último fin de semana de agosto se viene celebrando desde 1982 en esta estación de montaña y que centrará su interés en cómo abordar las esperadas bajadas de tipos a partir de septiembre.
De tal modo, a pesar de que el leitmotiv escogido para la edición 47 del simposio de Jackson Hole sea el de «reevaluar la eficacia y transmisión de la política monetaria», los mercados estarán pendientes de cualquier pista sobre las próximas decisiones de los bancos centrales de Estados Unidos y la eurozona sobre el ritmo de recortes del precio del dinero a ambos lados del Atlántico.
Las intervenciones previstas entre el jueves 22 y el sábado 24 de agosto de Jerome Powell, presidente de la Fed, Andrew Bailey, gobernador del Banco de Inglaterra, así como de Philip Lane, economista jefe del BCE, serán las primeras declaraciones desde el parón estival cuando se acercan las reuniones clave de septiembre.
De hecho, el Consejo de Gobierno del BCE tiene previsto reunirse el próximo 12 de septiembre, mientras que el Comité de Mercado Abierto de la Fed lo hará el 18 de septiembre y el Comité de Política Monetaria dará a conocer su decisión un día después, el 19 de septiembre.
Desde 1978, el Banco de la Reserva Federal de Kansas City ha patrocinado un simposio para abordar los problemas a los que deben hacer frente las economías de Estados Unidos y el resto del mundo. A partir de 1982, dicho cónclave se celebra en Jackson Lake Lodge, dentro del Parque Nacional Grand Teton (Wyoming).
Según la entidad organizadora del foro, este año se explorarán las lecciones aprendidas de la respuesta de la política monetaria tanto a la pandemia como al posterior aumento de la inflación, ya que la década actual «ha sido testigo de algunas de las medidas de política monetaria más contundentes jamás registradas».
«Aunque los resultados han variado según las economías, la inflación ha disminuido incluso cuando el crecimiento se ha mantenido sorprendentemente resistente», apunta el Banco de Kansas City, señalando que la resiliencia del crecimiento durante este período plantea interrogantes sobre la transmisión de la política monetaria y las lecciones que se pueden aprender de este episodio extraordinario.