Los auditores de la UE reclaman al BCE más esfuerzo en la supervisión del riesgo de crédito de los bancos

BRUSELAS, 12

El Tribunal de Cuentas Europeo ha reclamado este viernes al Banco Central Europeo (BCE) más esfuerzos de supervisión para garantizar que los bancos de la Unión Europea (UE) gestionen adecuadamente su riesgo de crédito, en particular el relativo a prestatarios que no reembolsan sus préstamos.

Así lo han subrayado los auditores de la UE en un nuevo informe en el que destacan la importancia de esta cuestión, ya que una mala gestión del riesgo de crédito por parte de los bancos puede socavar su viabilidad y la del sistema financiero en su conjunto.

El informe señala que a pesar de las tareas de supervisión del riesgo de crédito y los préstamos problemáticos de los bancos, el BCE no impuso requisitos de capital proporcionalmente más elevados a las entidades de mayor riesgo ni intensificó suficientemente las medidas de supervisión cuando los bancos presentaban insuficiencias persistentes en la gestión del riesgo de crédito.

El BCE supervisa alrededor de 110 bancos en 21 países de la UE y cada año, evalúa sus riesgos en términos de exposición crediticia, gobernanza, modelo de negocio y liquidez, además de la capacidad de los bancos para gestionar estos riesgos.

No obstante, el Banco Central señaló recientemente que las perspectivas de los bancos se están deteriorando dado el difícil entorno económico actual, mientras que las crisis pasadas han puesto de manifiesto que la insuficiencia de las provisiones puede poner en peligro su viabilidad.

«Para evitar situaciones de inviabilidad bancaria a causa de una mala gestión del riesgo de crédito, el BCE debe garantizar que los bancos gestionen adecuadamente tales riesgos», ha señalado el auditor responsable del informe, Mihails Kozlovs, quien ha incidido en que «esto es crucial dada la importancia de la confianza en el sector bancario y las difíciles condiciones económicas actuales».

Según los auditores, las evaluaciones del BCE sobre los riesgos de crédito y los controles de los bancos eran, en general, de buena calidad, a pesar de algunas deficiencias, aunque han apuntado que el BCE no utiliza eficazmente sus instrumentos y competencias de supervisión para garantizar que los riesgos identificados estén plenamente cubiertos por capital adicional o para dar instrucciones a los bancos a fin de que gestionen mejor este riesgo.

En este sentido, han advertido de que el cambio de enfoque aplicado por el BCE en 2021 para determinar el importe del capital que un banco debe mantener por encima del mínimo reglamentario no garantiza que se cubran adecuadamente varios riesgos, y el BCE no lo ha aplicado de manera coherente.

En particular, subrayan que el BCE no impuso requisitos proporcionalmente más elevados cuando los bancos se enfrentaban a riesgos más elevados, lo que significa que los riesgos no están claramente vinculados al requisito impuesto.

Además, los auditores observaron un patrón según el cual el BCE no intensificaba suficientemente las medidas de supervisión cuando el riesgo de crédito era elevado y sostenido, y persistían las insuficiencias de control.

De igual modo, los auditores han criticado la falta de personal –tanto del BCE como de las autoridades nacionales– que trabaja en la supervisión bancaria y la duración del ciclo de supervisión de 2021, lo que podría dar lugar a evaluaciones obsoletas y han evidenciado que el BCE no utilizó sistemáticamente sus competencias de supervisión respecto a los bancos que no disponían de procesos y datos sólidos para identificar y medir de los préstamos dudosos.

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