Los aspectos sociales ganan terreno en la inversión ESG a falta de que se establezcan unos estándares
Los aspectos sociales empiezan a ganar terreno en la inversión ESG y muchos inversores están abandonando opciones relacionadas con armas y sustancias perjudiciales para la salud a falta de que se establezcan estándares para que la inversión sostenible se considere como tal, según un estudio de la asociación Spainsif.
«Cuando nos referimos a la dimensión social es más compleja la decisión de los estándares, aunque no por ello debemos de retrasar la inclusión de su impacto en el análisis de la doble materialidad de las compañías», ha explicado en la presentación del informe el presidente de Spainsif, Joaquín Garralda.
El informe, elaborado a partir de la información de 33 gestoras y propietarios de activos, revela que el 73% de los encuestados ha excluido de sus inversiones las apuestas relacionadas con las bombas de racimo y minas anti-persona, en tanto que el 61% ha prescindido de las armas de destrucción masiva y el 42%, del tabaco.
La estrategia que más peso ha ganado en los últimos años es la de la integración, que ha pasado a ser la segunda más aplicada en el mercado español y está basada en la inclusión de las variables sociales, ambientales y de buena gobernanza dentro del análisis de inversión.
De forma más singular, el informe destaca las estrategias de impacto, que también han experimentado un crecimiento significativo tanto en España como en Europa.
En ese sentido, el investigador de la UNED Pablo Esteban ha destacado que «es necesario consensuar unas métricas alineadas con los ODS y equilibrar la materialidad financiera de esas métricas con la materialidad social».
En 2019, la inversión basada en esos criterios supuso en España 285.454 millones de euros, pero el informe explica que su comportamiento durante la pandemia ha sido mejor que la tradicional.
«Es reseñable el papel que va a desempeñar para afrontar la crisis de la Covid-19, sobre todo en los impactos sociales más allá del compromiso asumido con el proceso de transición energética», explica el informe.