Los agricultores palmeros, golpeados por la «incertidumbre» de la lava y las cenizas: «El paisaje es negro»
SANTA CRUZ DE LA PALMA, 27
Los agricultores de la isla de La Palma, especialmente los más cercanos a la zona cero de la erupción volcánica, en los municipios de El Paso y Los Llanos de Aridane, ven el futuro marcado por la «incertidumbre» de la evolución de la lava, si finalmente llega al mar y daña aún más las plantaciones y la red de riego, y la afección que pueda tener la ceniza volcánica en los cultivos.
«El paisaje es negro, en todas las azoteas, y nos transmite la pesadumbre de la erupción del 71 –Teneguía– pero no tenía nada que ver con esta, es todo muy cambiante», resume a Europa Press el presidente de la Asociación Palmera de Agricultores y Ganaderos (ASPA), Miguel Martín.
La lava, que camina por la zona de Todoque hacia la costa de Tazacorte tiene en vilo a los cosecheros de plátano, cultivo estrella de la isla, especialmente en el Valle de Aridane, de ahí que este martes se haya convocado una reunión de la Asociación de Entidades Exportadoras y Cooperativas de Plátanos (Asepalma) para analizar posibles medidas.
Martín comenta que se mantiene la recomendación de no cortar fruta en las zonas próximas a la emisión de lava, gases y cenizas, pero en algunas zonas más alejadas sí se está cortando y se espera que no haya restricción de fruta en el mercado de plátano en el último trimestre del año.
Ha dicho que el objetivo es que la fruta «llegue al mercado en óptimas condiciones» y aunque La Palma alberga casi el 40% de la producción de plátano en Canarias, en principio, no va a haber afecciones a las fincas de plátanos en otras partes de la isla y también se aporta la recolección de otras islas, caso de Tenerife, principalmente.
Martín ha comentado que va a haber daños directos en fincas y muchas se perderán en El Paso y en Los Llanos a su paso por Todoque, e incluso se puede agravar si la lava, en su camino a la costa de Tazacorte se ensancha y no fluye en línea recta.
«No sabemos el daño colateral», comenta, el más grave, sin duda, la afección a la red de riego, que proviene del norte y por ahora «aguanta», aunque no se sabe si la red resultará arrasada por el paso de la lava.
«ESTAMOS UN POCO DESANGELADOS»
«El volcán acaba de empezar pero no sabemos adonde van a llegar los daños ni sabemos el daño de la ceniza en mucha parte de la isla», ha indicado.
Ahora mismo, y cara al futuro, el gran «problema» sería la imposibilidad de regar y para ello, las instituciones están trabajando en un plan de contingencia para garantizar el regadío.
Martín ha insistido en que la evolución del volcán es «imprevisible» y tiene a los agricultores «un poco desangelados» y se preguntan qué hacen con las plantaciones.